Filmar escenas de sexo puede causar incomodidad y ansiedad, incluso a los actores y directores más experimentados, pero sobre todo cuando se trata de menores de edad. Muestra de ello es la demanda de Livia Hussey y Leonard Whiting contra Paramount por abuso infantil —por una escena de desnudos— en la adaptación cinematográfica de Romeo y Julieta de Franco Zeffirelli de 1968, que destaca las innumerables complejidades involucradas en la filmación de escenas íntimas.
Pero, si bien la introducción de coordinadores de intimidad ha logrado grandes avances en el consenso y protección, tanto a los actores como a la producción, aún existen grandes desafíos sobre la responsabilidad social de Hollywood en cuanto a la protección de artistas.
Responsabilidad Social de Hollywood
Uno de los esfuerzos por abordar la realidad que plantea el rodaje de acciones íntimas ha sido la incorporación de la coordinación de intimidad (IC, por sus siglas en inglés), que se define, según The Hollywood Reporter, como: «un defensor, un enlace entre los actores y la producción con respecto a la desnudez y el sexo simulado».
Gran parte del trabajo de la coordinación de intimidad se realiza durante el rodaje, coreografiando los movimientos, monitoreando escenarios cerrados y trabajando con vestuario en prendas modestas y prótesis. Pero los coordinadores también están involucrados en la preproducción con los cineastas, planificando los tipos de contacto y exposición que se permitirán y manejando las inquietudes de los actores.
Y, aunque su función ha existido en el mundo del teatro en vivo durante décadas, fue hasta la denuncia por acoso y agresión sexual del entonces productor de cine estadounidenses Harvey Weinstein, que se hizo publica en 2017 y se puso la responsabilidad social de Hollywood en un punto focal del movimiento social #MeToo, que la coordinación de intimidad cobró relevancia.
No obstante, persiste la renuencia de los productores a contratar una IC, ya que lo ven más como un ‘oficial de salud y seguridad’ contratado solo para supervisar, pero no para contribuir o colaborar con el director y los actores, señaló Yarit Dor, coordinadora de intimidad.
Consentimiento y claridad en escenas íntimas
De acuerdo con Adelaide Waldrop, coordinadora de intimidad, y directora de teatro radicada en Londres, la falta de contratación de IC es un problema que llama la atención sobre la Responsabilidad Social de Hollywood. En el caso del consentimiento informado, cuando se trabaja con menores de edad, resulta moralmente ambiguo, dado que los niños actores no pueden consentir legalmente por sí mismos, ni pueden actuar legalmente desnudos ante la cámara, especialmente en un contexto sexual.
Cuando Hussey y Whiting tenían 15 y 16 años, respectivamente, fueron filmados desnudos en el clásico de Zeffirelli, quien les dijo que no habría desnudos y que se usarían prendas de color carne en la escena del dormitorio, pero luego insistió en que actuaran desnudos «o la película fracasaría».
«Estos eran niños muy pequeños e ingenuos en los años 60 que no entendían lo que estaba a punto de golpearlos”
Solomon Gresen, abogado de la pareja.
La denuncia contra Paramount también ha alegado que la pareja ha sufrido «angustia mental y angustia emocional» en los años posteriores y han perdido oportunidades laborales. La demanda llegó al final de una suspensión temporal de los estatutos de limitaciones de California para casos de abuso sexual infantil.
Adelaide Waldrop señala que esto plantea varias interrogantes, porque es complicado definir en el caso de un menor de edad qué tan consciente puede o no ser del contexto completo de una escena íntima. Si bien ello requiere del consentimiento de un familiar/tutor, existe siempre la posibilidad de que tenga una capacidad limitada para comprender lo que se le pide que haga, o las posibles consecuencias de su actuación.
La delgada línea entre escenas íntimas y límites
Esta situación afecta incluso a actores adultos que dan su consentimiento para la desnudez en pantalla o el sexo simulado. ¿Cómo poder estar completamente seguros de que ningún actor se sentirá diferente acerca de su actuación un día, una semana o incluso 50 años después? La respuesta corta es que no hay garantías, señala Waldrop.
«Parte del rol del coordinador de intimidad es ayudar a mitigar este riesgo tanto como sea posible, no solo para proteger al actor, sino también para proteger la responsabilidad de la producción».
Adelaide Waldrop, coordinadora de intimidad.
Si bien, idealmente, una IC ayuda a garantizar que cualquier actor que acepte un papel con intimidad en el guión lo haga desde un lugar de consentimiento informado desde el principio, la responsabilidad social de Hollywood no se caracteriza por brindar estas herramientas.
A menudo, la industria tiene un poder implícito de estatus reverencial y percibido como impenetrable, que interfiere en la decisión de las personas para realizar escenas íntimas. Puesto que el trabajo de la producción es liderar con contratiempos, como sea posible, y cuando estos cambios de última hora afectan el tiempo o el contenido de una escena íntima, esta presión de tiempo se transfiere repentinamente a un actor y sus límites.
La Responsabilidad Social de Hollywood en la protección para los actores
Para Adelaide Waldrop, a pesar de los grandes avances logrados en la comprensión del consentimiento, el trauma y el poder desde el escándalo de Weinstein y el surgimiento del movimiento social #MeToo, aún existe renuencia en la industria de la televisión y el cine para cambiar en algunos aspectos clave.
Según ella, muchos profesionales todavía no ven por qué los riesgos de lesiones psicológicas en el set merecen la misma atención que los riesgos de lesiones físicas. Sin embargo, para los actores, que confían en su capacidad emocional para hacer su trabajo, un trauma psicológico en el set puede poner fin a su carrera.
Entonces, ¿qué debe incorporar la responsabilidad social de Hollywood? Una legislación mejorada, pues la solución no es solo que las producciones contraten especialistas como coordinadores de intimidad (así como coordinadores de acceso y coordinadores de bienestar), sino que escuchen e implementen constantemente su experiencia, en lugar de reclutarlos únicamente como un ejercicio de casilla de verificación.
Como líder de la industria, la responsabilidad social de Hollywood es demostrar una verdadera voluntad y acción para cambiar las obsoletas y dañinas reglas de trabajo para construir entornos laborales sanos, transparentes y regulados.
