Las inversiones sostenibles son aquellas que están encaminadas a mejorar de alguna forma la calidad o condición de vida a los ciudadanos en el entorno local. Este tipo de inversiones deben estar hechas mirando a largo plazo (al menos 5 años), están sujetas a un control presupuestario que garantiza que son sostenibles financieramente para la entidad.
Las inversiones socialmente responsables (ISR), que tienen en cuenta criterios relacionados con factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG), ganan terreno entre las preferencias de los ahorradores.
De acuerdo con un informe de SpainSif, en España hay 185 mil 614 millones de euros apostados a estos fondos y casi mil 250 millones en planes de pensiones.
Según El País, «hay otra serie de productos, como los bonos verdes, que crecen en popularidad aunque numerosos estudios refuercen la idea de que, al menos a corto y medio plazo, ni fondos, ni bonos ni planes de pensiones ofrecen pluses de rentabilidad frente al común de los valores».
Para Beatriz Fernández, de Economistas sin Fronteras, «no hay un consenso: “Se está buscando una taxonomía en el ámbito europeo que defina este tipo de inversión. No hay algo que nos diga que una cartera es socialmente responsable”. En cualquier caso, el mercado está plagado de reclamos para descarbonizar las carteras de inversión y de clasificaciones elaborados por gestoras sobre firmas que contribuyen a hacer que el mundo sea menos malo.»
El sitio Morningstar tiene un área completa dedicada al estudio de los valores ASG y realiza sus propias clasificaciones. En una de sus publicaciones destaca que “no todas las estrategias sostenibles son iguales”, y señala la importancia de “descarbonizar” las carteras. “La idea de la desinversión se basa, en parte, en que las compañías relacionadas con combustibles fósiles tendrán una rentabilidad a largo plazo por debajo de la media debido, entre otros factores, al aumento de los costes de extracción o a la disminución de la demanda de combustibles fósiles”.
Dentro del gobierno corporativo, se valoran mejor las empresas con plantillas que presenten equilibrios de género o que demuestren un mayor número de independientes en sus consejos.
Por su parte, Ricardo Zion, profesor de EAE Business School dice que hay una creciente tendencia a rechazar las políticas fiscales agresivas de las multinacionales orientadas a eludir el pago de impuestos. “Tiene un impacto muy negativo en la imagen, aunque sea algo difícil de cuantificar. Las empresas están recapacitando sobre ello”.
De acuerdo con EAE Business School, dentro de las inversiones financieramente sostenibles que puede llevar a cabo una entidad local se pueden citar:
- Todas aquellas acciones encaminadas a mejorar los sistemas de alumbrado, alcantarillado o recogida de basuras de la zona.
- Acciones encaminadas al cuidado, el respeto al medio ambiente y la eficiencia energética (por ejemplo, colocar alumbrado público en base a farolas solares).
- Inversiones destinadas al desarrollo y eficiencia de los modelos productivos, tanto en agricultura, ganadería y pesca como en otros sectores industriales y energéticos.
- Mejora de infraestructuras, canales de comunicación, sistemas de transporte.
- Cuidado de jardines, parques públicos y otras zonas verdes.
- Rehabilitación de edificios de servicio público o que estén destinados a ser usados por la comunidad local.
- Obras para la recuperación de zonas dañadas (por ejemplo, para reparar daños en infraestructuras provocados por el viento, crecidas de ríos, etc).