Si México invirtiera 50% del monto que destina a los subsidios energéticos en energías renovables y eficiencia energética, en el largo plazo mejoraría la equidad social y se alcanzarían mayores tasas de crecimiento económico de equidad social y crecimiento económico, estimó la representante para México del programa de las Naciones Unidas para el medio Ambiente (PNUMA), Dolores Barrientos.
Al presentar los resultados preliminares del Estudio de Economía Verde para México que realizó el Sistema de las Naciones Unidas, Barrientos detalló que los subsidios a los energéticos en el país representaron en promedio aproximado 1.7% del Producto Interno Bruto durante el periodo comprendido entre el 2006 y el 2012.
La eliminación gradual de los subsidios en un periodo de 10 años y su canalización hacia dos rubros —50% en inversiones en energías renovables y eficiencia energética y 50% en transferencia monetaria a la población— resultaría en impactos positivos a largo plazo en una mejora de equidad social, reducción de las emisiones de Gas Efecto Invernadero (GEI) y una mayor tasa de crecimiento económico.
Asimismo, la representante del PNUMA en México mencionó que en los últimos ocho años ha habido un crecimiento de la inversión en los bosques de más de 300% (considerando el presupuesto de la Comisión Nacional Forestal que ha llegado a 584 millones de dólares en 2014). Sin embargo, el Escenario de Economía Verde del estudio referido recomienda duplicar estas inversiones a un monto aproximado de 1,000 millones de dólares anuales; es decir, un total de aproximado de 24 billones de dólares entre el 2014 y el 2035.
Ello, informó Dolores Barrientos, se traduciría en una reforestación y plantación de áreas forestales de aproximadamente 163,505 kilómetros cuadrados para el 2035, lo que generaría impactos positivos como una reducción de emisiones de GEI por deforestación de alrededor de 28% para ese año.
Invertir más recursos en los bosques beneficiaría también en la reducción de la pérdida de la cobertura forestal, la generación de empleos, la disminución de la pobreza y la seguridad hídrica.
Barrientos refirió que en México existe una correlación directa entre la pobreza y el capital natural. Ello se debe a que la población rural mexicana se ubica en donde reside el capital natural, manifestándose en estas localizaciones la mayor tasa de riesgo de deforestación del país debido a las actividades de subsistencia de las comunidades. De los 13 millones de habitantes que viven en áreas forestales, 11 millones están en pobreza.
Al conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente, el Sistema de las Naciones Unidas en México afirmó que cuidar al medio ambiente es una vía certera para el combate a la pobreza, mejorar la equidad social e impulsar el crecimiento económico, toda vez que una sociedad incluyente es aquella que genera un mejor aprovechamiento de los ecosistemas, oportunidades y mejor calidad de vida.
La representante del SNUM, Marcia de Castro, dijo que México está en el lugar 13 de países que emiten Gases de Efecto Invernadero. El costo ambiental que tendría que asumir por esos daños llegó a 6.3% del PIB en el 2012.
“La contaminación del aire y otros problemas tienen un impacto negativo medible en la salud de las personas y en las economías”, enfatizó.
Fuente: El Economista