El desarrollo de tecnologías diseñadas para ahorrar energía y reducir el impacto medioambiental de la producción eléctrica es la gran apuesta verde que Japón ejercita hace una década.
REFORMA viajó al centro financiero de Osaka, la capital industrial del país, donde se alza el paradigma de la ecología nipona. Aquí, en verano, el aire acondicionado se alimenta con el viento que sopla en la calle. En invierno, los rayos de sol calientan los paneles que recubren las paredes y ofrecen calefacción. Durante todo el año, decenas de sensores indican a la computadora central cuánta gente permanece trabajando y climatizan la sala en consecuencia. Cuando el último se marcha de la oficina, el equipo eléctrico se desconecta automáticamente. Al final, este rascacielos inteligente de 35 pisos gasta 60 por ciento menos de energía que cualquier otro edificio de sus características. Estas son algunas de las aplicaciones que ya funcionan en las oficinas centrales de la Compañía Energética de Kansai, empresa que alimenta la electricidad de la región más industrializada de Japón, una zona que incluye a Osaka y que por sí sola es la novena economía del mundo.
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