Muchas personas ven la energía solar como una forma de ahorrar dinero en su factura de energía y reducir su impacto ambiental. Según el informe del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (LBNL), cada vez más hogares están instalando paneles solares en sus azoteas debido a la caída de los costos de la tecnología y los nuevos incentivos de la Ley Federal de Reducción de la Inflación en EE. UU., de acuerdo con Green Biz.
Sin embargo, aunque la instalación de paneles solares en la azotea puede ser una buena opción para algunos hogares, no es viable para todos y puede resultar costosa para algunos. Afortunadamente, los jardines solares para equidad energética podrían ser una solución a las barreras que enfrentan las personas para acceder a este servicio y alcanzar algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
¿Qué son los jardines solares?
La energía solar comunitaria, también conocida como «energía solar compartida» o «jardines solares», es un modelo de implementación de energía solar distribuida que permite a los clientes comprar o arrendar parte de un sistema solar fotovoltaico (PV) compartido fuera del sitio más grande. Según el Laboratorio Nacional de Energías Renovables, estos proyectos son una forma alternativa de acceso a la energía solar para aquellos clientes que no pueden instalar un sistema solar fotovoltaico en sus hogares o edificios.
Básicamente, los proyectos solares comunitarios permiten a los clientes comprar o alquilar paneles solares en un arreglo solar comunitario que se encuentra en otro lugar fuera de su propiedad, como un terreno vacante, un parque empresarial o una instalación gubernamental. A cambio de su inversión en paneles solares, los clientes reciben un crédito en su factura de electricidad por la energía producida por sus paneles solares. Este crédito es como si el sistema estuviera ubicado en sus instalaciones.
Esto es una opción atractiva para aquellos que alquilan o viven en edificios multifamiliares que no pueden instalar paneles solares en sus tejados. En lugar de eso, pueden comprar o arrendar paneles solares en un arreglo comunitario cercano y beneficiarse de la energía producida por esos paneles en sus hogares. De esta manera, la energía solar comunitaria puede proporcionar un acceso más equitativo a la energía solar, especialmente para aquellos que de otro modo no tendrían la oportunidad de utilizarla.
Jardines solares para equidad energética
Los jardines solares para la equidad energética están relacionados con varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, incluyendo el acceso a la energía asequible y sostenible para todos, la erradicación de la pobreza y la reducción de las desigualdades.
Aunque las comunidades de bajos recursos pueden tener más dificultades para acceder a la energía renovable, la energía solar comunitaria compartida es una estrategia importante que permite a los hogares de bajos ingresos participar en los beneficios financieros y ambientales de la energía renovable.
Muchas personas y empresas no tienen acceso a la energía solar debido a diversas razones, como el hecho de que alquilan, viven en edificios de varios inquilinos, tienen techos que no pueden albergar paneles solares o enfrentan obstáculos financieros. Sin embargo, la energía solar comunitaria compartida es una solución a estos problemas porque permite a las personas compartir los beneficios de la energía solar sin tener que invertir grandes cantidades de dinero para instalar paneles solares en sus hogares.
La energía que un hogar consume del proyecto solar comunitario reemplaza la energía que de otro modo se compraría a la empresa eléctrica. La tarifa de suscripción al jardín solar varía según el tamaño del proyecto y la cantidad de energía solar que el hogar quiera usar. Si el precio de la energía de la suscripción solar comunitaria es menor que el precio de los servicios públicos, lo que suele ser cierto, entonces el resultado es una factura mensual más baja.
Crece popularidad y apoyo de energía solar comunitaria
Se prevé que haya un crecimiento significativo de los jardines solares para la equidad energética en Estados Unidos para el 2027, impulsado en gran parte por políticas y regulaciones estatales, como la Ley de Infraestructura y Reforma de la Asistencia (IRA) aprobada en el 2022, que proporciona incentivos para desplegar recursos solares en comunidades de bajos ingresos y desfavorecidas.
Un ejemplo exitoso de programa de energía solar comunitaria se lleva a cabo en San Antonio, Texas. El programa, llamado «Invertir en vecindarios resilientes y equitativos«, es patrocinado por Wells Fargo, una empresa estadounidense de servicios financieros y bancarios con sede en San Francisco, California. Este programa demuestra cómo los jardines solares para la equidad energética pueden aumentar la participación de los miembros de la comunidad de bajos ingresos y proporcionarles un mayor acceso a energía limpia y asequible.
Para impulsar estos esfuerzos, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos tiene como objetivo financiar proyectos que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y mitiguen el cambio climático. Se ha anunciado que proporcionará $7 mil millones para apoyar la implementación de energía solar residencial en la azotea, energía solar comunitaria y almacenamiento de energía en comunidades de bajos ingresos y desfavorecidas.
Justicia energética y climática
La justicia energética y climática se ha convertido en un tema cada vez más importante, lo que ha llevado a un aumento del apoyo estatal y federal y a nuevos incentivos financieros para proyectos solares comunitarios centrados en los bajos ingresos.
Históricamente, las comunidades de bajos ingresos y las comunidades de color han tenido acceso limitado a la energía limpia y han sufrido desproporcionadamente los impactos negativos del cambio climático, como la contaminación del aire y del agua y los desastres naturales.
En respuesta a estas inequidades, los jardines solares para equidad energética se han convertido en una herramienta importante para aumentar el acceso a la energía solar en las comunidades de bajos ingresos. Los desarrolladores de proyectos y los proveedores de capital pueden aprovechar esta oportunidad para participar en proyectos solares comunitarios y apoyar la justicia energética y climática, lo que garantiza el cumplimiento de algunos de los ODS.
