El antiguo diseñador de Dior, John Galliano, despedido de la firma por un altercado en un bar en el que, en estado de ebriedad, gritó que amaba a Hitler, comparecerá esta tarde ante un tribunal de París para responder por una causa de injurias de carácter antisemita.
La cita será a las 15.30 horas, en el uzgado número 17 de París. Galliano será el acusado; tres particulares a los que el diseñador dirigió su ira aquella noche infausta de noviembre, la acusación. Junto a ellos, la Liga contra el Racismo y el Antisemitismo (Licra) y el Movimiento contra el Racismo y la Amistad entre los Pueblos (MRAP), que se han unido a la demanda.
Lo peor que le puede pasar a Galliano (en un términos judiciales) sería una sentencia de seis meses de cárcel que, probablemente, no tendría que cumplir. Su abogada ya anunciado que el diseñador va a reconocer los cargos que se le imputan y que va a alegar su adicción al alcohol y a los medicamentos, de la que se ha estado tratando desde que el escándalo saltó el pasado mes de febrero. Galliano, afirma la defensa, no tiene sentimientos racistas ni antisemitas. Sólo estaba ebrio.
De modo que lo peor, para el diseñador, probablemente ya ha pasado: el escarnio, el despido de Dior y de la firma que lleva su nombre, el encierro en una clínica de Estados Unidos. Sólo queda el mal trago de dar la cara y ser retratado por los medios por primera vez desde el 28 de febrero, cuando tuvo que acudir a una comisaría de París. El estado físico de Galliano es una incógnita.
Fuente: El Mundo.es
Publicada: 22 de junio 2011.