El cambio climático ha golpeado a todo el mundo en 2021 con olas de calor, sequías, incendios forestales y tormentas extremas sin precedentes. A menudo, las personas que más sufren los efectos del cambio climático son las que menos han hecho para provocarlo.
Para reducir este fenómeno y proteger a los más vulnerables, es importante entender de dónde proceden las emisiones, a quiénes perjudica el cambio climático y cómo ambos patrones se cruzan con otras formas de injusticia.
Desde The Conversation te presentamos seis gráficos que ayudan a explicar los desafíos.
¿De dónde proceden las emisiones?
Una forma común de pensar en la responsabilidad de un país sobre el cambio climático es observar sus emisiones de gases de efecto invernadero per cápita, o por persona.
Por ejemplo, China es actualmente el mayor emisor de gases de efecto invernadero por país. Sin embargo, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Australia y Canadá tienen más del doble de emisiones per cápita que China. Y cada uno de ellos tiene más de 100 veces las emisiones per cápita de varios países de África.
Emisiones anuales de dióxido de carbono producidas per cápita
África produjo alrededor de 1.1 toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono. Muy por debajo de la media mundial de 4.7. Estados Unidos produjo 16.1 toneladas métricas per cápita.
Estas diferencias son muy importantes desde el punto de vista de la justicia. La mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden de la quema de combustibles fósiles para alimentar industrias, comercios, hogares, escuelas y producir bienes así como servicios, como los alimentos, el transporte y las infraestructuras, por nombrar solo algunos.
A medida que las emisiones de un país aumentan, están menos vinculadas a los elementos esenciales para el bienestar humano. Las medidas de bienestar humano aumentan muy rápidamente con incrementos relativamente pequeños de las emisiones, pero luego se estabilizan.
Esto significa que los países con altas emisiones podrían reducir sus emisiones de forma significativa sin reducir el bienestar de sus poblaciones, mientras que los países con menores ingresos y emisiones no pueden hacerlo.
Cómo el aumento de las emisiones se cruza con el desarrollo humano
Los países con una puntuación baja en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de las Naciones Unidas también tienen las emisiones de dióxido de carbono per cápita más bajas. Los 17 últimos países se encuentran en África. Los países con las mayores emisiones son predominantemente productores de combustibles fósiles, encabezados por Qatar.
Los países de renta baja llevan años argumentando que, en un contexto en el que las emisiones mundiales deben reducirse drásticamente en el próximo medio siglo, sería injusto exigirles que recorten inversiones esenciales en ámbitos en los que los países más ricos ya han invertido, como el acceso a la electricidad, la educación y la atención sanitaria básica, mientras los habitantes de los países más ricos siguen disfrutando de estilos de vida con un elevado consumo de energía y bienes de consumo.
Responsabilidad por décadas de emisiones
Al considerar únicamente las emisiones actuales se pasa por alto otro aspecto importante de la injusticia climática: las emisiones de gases de efecto invernadero se acumulan con el tiempo.
El dióxido de carbono permanece en la atmósfera durante cientos de años, y esta acumulación impulsa el cambio climático. El dióxido de carbono atrapa el calor, calentando el planeta. Algunos países y regiones son mucho más responsables de las emisiones acumuladas que otros.
Por ejemplo, Estados Unidos ha emitido más de una cuarta parte de todos los gases de efecto invernadero desde la década de 1750, mientras que todo el continente africano ha emitido sólo un 3%.
Emisiones acumuladas, 1751-2017, por país. Hannah Ritchie/Nuestro Mundo en Datos, CC BY
La gente, en la actualidad, sigue beneficiándose de la riqueza y las infraestructuras que se generaron con energía vinculada a estas emisiones hace décadas.
Diferencias de emisiones dentro de los países
Los beneficios de los combustibles fósiles también han sido desiguales dentro de los países. Desde esta perspectiva, pensar en la justicia climática requiere prestar atención a los patrones de riqueza.
Un estudio realizado por el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo y Oxfam reveló que el 5% de la población mundial fue responsable del 36% de los gases de efecto invernadero entre 1990 y 2015. La mitad más pobre de la población fue responsable de menos del 6%.
Porcentaje de crecimiento de las emisiones por rango de riqueza. Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo y Oxfam, CC BY-ND
Estos patrones están directamente relacionados con la falta de acceso a la energía por parte de la mitad más pobre de la población mundial y el elevado consumo de los más ricos a través de cosas como los viajes aéreos de lujo, las segundas residencias y el transporte personal. También muestran cómo las acciones de unos pocos grandes emisores podrían reducir el impacto climático de una región.
Asimismo, más de un tercio de las emisiones mundiales de carbono procedentes de los combustibles fósiles y el cemento, durante el último medio siglo pueden atribuirse directamente a 20 empresas, principalmente productoras de petróleo y gas. Esto llama la atención sobre la necesidad de desarrollar políticas capaces de responsabilizar a las grandes empresas de su papel en el cambio climático.
20 empresas son responsables de un tercio de las emisiones
Solo 20 empresas fueron responsables de un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero procedentes de los combustibles fósiles y el cemento en 2018, según el informe Carbon Majors. Las 5 primeras fueron responsables del 8% y las 10 primeras del 16%.
Los 20 principales emisores de propiedad estatal e inversora, empezando por los más grandes: Saudi Aramco, Chevron, Gazprom, ExxonMobil, National Iranian Oil, BP, Royal Dutch Shell, Coal India, Pemex, Petróleos de Venezuela, PetroChina, Peabody Energy, ConocoPhillips, Abu Dhabi, Kuwait Petroleum, Iraq National Oil, Total SA, Sonatrach, BHP Billiton y Petrobras. El recuento de emisiones de Gazprom comienza en 1989.
Gráfico: The Conversation/CC-BY-ND Fuente: Climate Accountability Institute
¿Quiénes serán los perjudicados por el cambio climático?
Entender de dónde proceden las emisiones es sólo una parte del dilema de la justicia climática. Los países y las regiones pobres también suelen enfrentarse a mayores riesgos derivados del cambio climático.
Algunos pequeños países insulares, como Tuvalu y las Islas Marshall, se enfrentan a la amenaza de su propia supervivencia a medida que aumenta el nivel del mar. Algunas partes del África subsahariana, el Ártico y las regiones montañosas se enfrentan a un cambio climático mucho más rápido que otras partes del mundo. En algunas partes de África, los cambios en la temperatura y las precipitaciones están contribuyendo a la preocupación por la seguridad alimentaria.
Muchos de estos países y comunidades tienen poca responsabilidad en la acumulación de emisiones de gases de efecto invernadero que impulsan el cambio climático. Al mismo tiempo, son los que disponen de menos recursos para protegerse.
Los países más vulnerables ante el cambio climático
Los científicos evaluaron la vulnerabilidad de los países en función de la seguridad alimentaria, la disponibilidad de agua, la salud humana y las condiciones de vida, los servicios de los ecosistemas y las infraestructuras, incluida la energía. Los más vulnerables se encuentran en el África subsahariana, el sur de Asia y los pequeños estados insulares.
La vulnerabilidad aumenta con las puntuaciones más altas. Datos no disponibles para las regiones en gris.
Mapa: The Conversation/CC-BY-ND Fuente: Edmonds, Lovell y Lovell, 2020
Los impactos climáticos —como las sequías, las inundaciones o las tormentas— afectan a las personas de forma diferente en función de su riqueza y acceso a los recursos así como de su participación en la toma de decisiones.
Los procesos que marginan a las personas, como la injusticia racial y el colonialismo, hacen que algunas personas de un país o comunidad tengan más posibilidades que otras de protegerse de los daños climáticos.
Estrategias para un acuerdo climático justo
Todas estas cuestiones de justicia son fundamentales en las negociaciones de la conferencia climática de Glasgow de las Naciones Unidas y en las posteriores.
Muchos debates se centrarán en quién debe reducir las emisiones y en cómo se debe apoyar la reducción de los países pobres. Invertir en energías renovables, por ejemplo, puede evitar futuras emisiones, pero los países de bajos ingresos necesitan ayuda financiera.
Los países ricos han tardado en cumplir su compromiso de aportar 100,000 millones de dólares al año para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático, y los costes de adaptación siguen aumentando.
Algunos líderes también se están planteando preguntas difíciles sobre qué hacer ante las pérdidas que no se pueden deshacer. ¿Cómo debería la comunidad mundial apoyar a las personas que están perdiendo sus tierras y formas de vida?
Algunas de las cuestiones más importantes desde el punto de vista de la justicia deben tratarse a nivel local y dentro de los países. El racismo sistémico no puede tratarse a nivel internacional. La creación de planes locales y nacionales para proteger a las personas más vulnerables, así como de leyes y otras herramientas para responsabilizar a las empresas, también tendrá que producirse dentro de los países.