Hay dos opciones: o ya sabes quién es Joseph Kony, o no te has conectado a Internet esta semana.
El video Kony 2012, de la asociación Invisible Children, es un fenómeno viral que ha sido visto por más de 36 millones de personas en You Tube, el hashtag #stopKony fue más popular que el del Nuevo iPad en Twitter, y la página de Facebook de la asociación tiene más de dos millones de fans.
En media hora, el video da a conocer la historia de Joseph Kony, el líder de un grupo paramilitar en Uganda, que es acusado de crímenes de lesa humanidad en la Corte Internacional de La Haya. Su actividad más escalofriante es el uso de niños como soldados y niñas como prostitutas.
Invisible Children señala que su objetivo es generar conciencia en la sociedad internacional sobre el problema, y de esta forma presionar para lograr la captura de Kony antes del fin de este año. Para esto, además de compartir el video, los interesados pueden comprar un «Kit de acción«, que incluye pósters, stickers y camisetas.
No cabe duda de que la estrategia fue exitosa: por medio de imágenes impactantes y una gran campaña en redes sociales, el video ha llegado a los ojos de mucha gente que antes desconocía por completo el problema. Por otro lado, las críticas no se han hecho esperar: los detractores afirman que los datos del video han sido manipulados o no son veraces. Además se cuestiona que Invisible Children no es transparente respecto a sus finanzas.
En conclusión, esta campaña demuestra que es posible difundir mensajes sociales por medio de Internet, usando una buena estrategia y contenidos de calidad (el video es impecable y la página de internet de la asociación es visualmente atractiva y fácil de navegar), pero también que los usuarios de redes sociales tienen a difundir y replicar mensajes sin informarse a fondo acerca de la situación.
Apoyar o no a Invisible Children es una decisión personal que debe tomarse después de analizar la situación cuidadosamente.