Kristen Johnston es la protagonista de la última campaña de PETA, quienes en su ya habitual estilo «al desnudo» generan un gráfico en pro del respeto a la fauna. En este caso en específico, se trata de protestar contra el uso de caballos como jaladores de carruajes en la Cd. de Nueva York.
La nueva campaña lanzada ayer 20 de noviembre, tiene como lema la frase «Don’t Get Taken for a Ride, Horse-Drawn Carriages Are Cruel», e intenta disuadir a los turistas de subir a este tipo de carruajes por la crueldad que representan para los cuadrúpedos.
Según palabras de la misma Kristen «Quedé espantada al conocer cómo viven estos caballos; o debería decir, cómo no viven. Diría a los turistas que están pensando visitar Nueva York que hay muchas otras cosas que hacer en Manhattan.»
Según la ONG, los caballos suelen generar dolores en sus articulaciones y debilitamiento paulatino de las mismas debido al intenso trabajo y la dureza del pavimento; eso sin mencionar los problemas devenidos del tipo de alimentación y el aire contaminado de la ciudad. Por si fuera poco, el número de accidentes de automóviles y carruajes ha ido en aumento con el paso de los años.
Es interesante observar que en muchas ocasiones se está tan pendiente de problemas como el calentamiento global o los despidos masivos debidos a la crisis financiera que olvidamos que también existen otras situaciones alrededor, tal vez no de la misma envergadura, pero que igual afectan nuestro entorno inmediato.
Y si se cree que estas campañas de PETA lo único que generan es exposición de farándula, valdría la pena echarle un vistazo al Programa de Bienestar Animal de KFC, empresa que ha sido uno de los blancos preferidos de PETA y que ahora asume un compromiso de trato humanitario de los animales. Un clarísimo ejemplo de que las organizaciones civiles pueden presionar con muchísima fuerza la responsabilidad social de los grandes corporativos y que a estos les conviene adoptar la RSE como una ejecución preventiva antes que correctiva.
