Tenemos a nuestra disposición todas las herramientas monetarias y tecnológicas que necesitamos para reducir la pobreza, mejorar y limpiar el medio ambiente, facilitar el acceso a un trabajo significativo, vivienda y servicios de salud. Entonces, ¿qué está faltando? ¿cómo podemos ir uniendo las piezas del rompecabezas?
Como dice Karl-Henrik Robert, el reto para llegar a ser una sociedad sustentable no es la falta de dinero ni la falta de tecnología sino el no tener suficientes líderes que actúen a tiempo. Líderes que con sus acciones muevan a otros y a sus organizaciones a resolver conjuntamente los complejos problemas –sociales y medioambientales- que enfrenta la humanidad en la Tierra.
Esta semana en particular hubo un tema que capturó mi atención: el sistema monetario y de intercambio. La abundancia y la escasez. Por las distintas conversaciones que tuve y el material diverso que estuve leyendo a lo largo de la semana, regresaron mis pensamientos al tema de la economía; el sistema monetario, las formas que utilizamos de intercambio y las nuevas formas de intercambio que van naciendo. La economía como un sistema de producción y consumo de bienes y servicios nace en nuestra sociedad y se basa en los sistemas naturales para funcionar. Sin embargo, los servicios ambientales que produce la Tierra muy rara vez son considerados en los estados financieros de las empresas y/o gobiernos. Hace varios años la revista Nature, estimó el valor de dichos servicios ambientales en $33 trillones de dólares americanos por año. Así que los servicios ambientales no se contabilizan en la producción ni en el consumo, sin embargo, sí se les considera como externalidades; por ejemplo, cuando se presenta un fenómeno climatológico como los huracanes. En contraste, cuando se produce un accidente por error humano, como por ejemplo un derrame petrolero en zonas marinas, los servicios contratados para el incidente: bomberos, rescatistas, etcétera, incrementan el valor del PIB del país en cuestión. Una contabilización un poco retorcida si tratamos de hablar de beneficios para la población ¿no creen?
Al igual que con la dañina explotación de los combustibles fósiles como la conocemos al día de hoy, no vamos a desaparecer al sistema económico y monetario de la noche a la mañana. Sí, nos ha funcionado de alguna forma para realizar transacciones y hacer crecer empresas y gobiernos, pero también ha destrozado economías de países enteros creando burbujas especulativas y “valores” respaldados en nada. Definitivamente en lo que aprendemos a funcionar como una sociedad más orgánica, sí necesitamos una estructura, así que no estoy abogando en dar por terminado el sistema económico en su totalidad. Sin embargo, igual que la necesidad imperiosa de implementar energías alternativas, veo también una necesidad en crear un sistema económico alternativo. Un sistema económico en el que, al estilo de la biomimesis, emulemos la abundancia que está siempre presente en los ciclos naturales de la Tierra. Hay suficiente para todos y todos tenemos la riqueza de nuestra creatividad y nuestros talentos particulares, ¿por qué no maximizar nuestro potencial, crecerlo y compartir nuestras riquezas?
Así como han nacido las energías alternativas, también ya han nacido alternativas al sistema económico actual. Son distintas iniciativas y han surgido a lo largo y ancho del mundo; aquí dos ejemplos. En 2009 surgió en el Reino Unido el Brixton Pound, una moneda local, apoyada por el Príncipe Carlos de Inglaterra. Esta moneda nace en Brixton a raíz de la crisis económica mundial del 2008-2009 y surge como una necesidad de colaboración para apoyar los negocios locales y fortalecer la economía y la población de Brixton. Otra iniciativa es el Bitcoin, el cual es un sistema de pago que se basa en una divisa digital que funciona sin la intermediación de bancos centrales. Este sistema es sumamente interesante e incluso los comentarios positivos del mismo Ben Bernanke provocaron a finales del año pasado que su precio se disparara. Sin embargo, al ser una divisa finita –pues hay un cap de bitcoins emitidos y además su capitalización total en el mercado es marginal con respecto al comercio de otras divisas US$14,023’908,429**-, también favorece la creación de burbujas especulativas. Por otro lado, está el tema de las transacciones no reguladas, que podrían fácilmente darse en este sistema.
Sin embargo, sólo estas dos iniciativas me parecen increíblemente interesantes como ejemplo de co-diseño y colaboración colectiva. Especialmente cuando veo el potencial de expandir su campo de acción si se mueven hacia fortalecer economías locales con una estructura mental global; un pensamiento sistémico con conciencia y con una intención de abundancia.
** Fuente: Alpari México y Blockchain.info al 4 de diciembre de 2013.
Itzel Orozco es Socio Fundador y Directora de Orozco Consulting, un despacho de consultoría en liderazgo y sustentabilidad estratégica (Página en Facebook). Itzel cuenta con más de 15 años de trayectoria profesional ha desarrollado su práctica de consultoría de negocios y sustentabilidad en Latinoamérica, EE.UU. y Europa. Se ha especializado en dar asesorías en liderazgo y estrategia de negocios con el enfoque en sustentabilidad y facilita talleres y seminarios en los mismos temas y en temas de innovación, emprendedurismo y responsabilidad social corporativa. También ha impartido clases de Empresas Sustentables en la Universidad Iberoamericana y en la Universidad Anáhuac y ha sido colaboradora de la Universidad del Medio Ambiente.
Itzel cuenta con un MBA con especialidad en Empresa Sustentable, por la Universidad de Oregon; con una maestría en Liderazgo Estratégico hacia la Sustentabilidad por el Blekinge Institute of Technology en Suecia y es licenciada en Economía (Honores) por la Universidad Tecnológica de México. Actualmente radica en la Ciudad de México.
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