Ecología y Desarrollo presenta una guía para implantar la RSC en la pequeña y mediana empresa
Lejos de constituirse como indicadores ambiciosos enfocados a los consolidados gobiernos corporativos de las multinacionales, los planteamientos de la Responsabilidad Social deben perfilarse como pautas asequibles, factibles y accesibles también para las compañías de índoles más modesta.
La RSC ha sido desde sus inicios la asignatura pendiente de las pymes, sujetas en muchas ocasiones a restricciones importantes en los recursos de que dispone: insuficiencia de capital, dificultades para el acceso al crédito, recursos humanos y, en general, márgenes en todas sus dimensiones.
Quizás sea por este motivo que muchas pymes se resistan todavía a tomar en consideración la dimensión de responsabilidad social, porque, a menudo, lo primero que les falta es una idea clara de en qué consiste esa responsabilidad.
A su vez, las pymes son también excesivamente amigas del cortoplacismo, debido a que se muestran temerosas ante innovaciones que puedan suponer costes a corto plazo, aunque tengan rendimientos potenciales elevados a largo plazo, como ocurre con muchas de las iniciativas de responsabilidad social. Por este motivo, la innovación y el crecimiento quedan demasiadas veces descartadas de su horizonte.
En el marco de la VII Conferencia Interamericana de RSE el FOMIN presentó la Guía de Aprendizaje sobre RSE en las PYME, elaborada por la Fundación Ecología y Desarrollo, cuyo objetivo es contribuir a la sistematización y difusión del conocimiento acumulado hasta la fecha por los proyectos del Cluster RSE para su uso por parte de profesionales y empresas interesados en implementar prácticas de RSE.
A través de esta Guía de Aprendizaje, el FOMIN intenta contribuir a la sistematización y difusión del conocimiento acumulados por sus proyectos, ofreciendo herramientas prácticas para pequeñas y medianas empresas latinoamericanas con interés en implementar medidas de responsabilidad social y ambiental en sus empresas.
La mayoría de las pymes sufren gran presión por la maximización del beneficio a corto plazo quizá por no estar presentes en los mercados financieros. A pesar de todo, en ocasiones las pymes a pesar de no tener programas definidos de RSC, sí desempeñan otros objetivos compatibles con la RSC, tales como remuneraciones justas , creación de empleo, cumplimiento de una función económica y social en la comunidad, etc.
Así pues, en el caso de las pymes, son los valores éticos de los propietarios los que ocupan un mayor o menor lugar en la definición de la misión y la estrategia de la compañía.
Así y todo, la dimensión financiera es lo más relevante a tener en cuenta en el caso de las pequeñas y medianas empresas, cuyo mayor objetivo es asegurar la supervivencia de la organización: poder cumplir sus obligaciones y pagar sus deudas, retener a sus clientes y obtener una remuneración suficiente para seguir adelante con el negocio en cuestión.
LA INTEGRACION A PEQUEÑOS PASOS
El estudio cimenta las políticas de Responsabilidad Social en un púlpito triple que sirva de dinamizador de esta herramienta en el ámbito de las pymes.
Así, los cimientos de la RSC engloban los principios, fuentes e iniciativas relacionadas con este ámbito, los impulsos, en segundo lugar, funcionan como motivaciones para el buen funcionamiento de la RSC y dan respuesta a las demandas y expectativas de los stakeholders. Por último, los beneficios conforman la ventaja competitiva que aportan las políticas de RSC.
La guía pretende servir de ayuda para paliar la falta de recursos, uno de los factores que más influyen en la realización de prácticas socialmente responsables.
Ciertamente, la RSC tal y como se conoce hoy en día está pensada para empresas grandes, que pueden dedicar tiempo y financiación a proyectos para conciliar la vida familiar y laboral, a programas de protección medioambiental o a acciones sociales.
El objetivo de la Guía es mostrar que las pymes pueden y deber ser socialmente responsables, de modo que no es necesario que copien los procedimientos de las empresas grandes.
El documento del FOMIN no es la primera guía relativa a las premisas de la RSC relacinadas con la pequeña y mediana empresa. Ya en el año 2005 el observatorio de RSC recogía una serie de pautas. Además, existen varios ejemplos que muestran que la implantación de la RSC en la pequeña y mediana empresa puede llevar al éxito a sus impulsores.
Este es el caso de Fresh, pyme sueca quien desde 1995, cuando estuvo al borde de la quiebra, aplica un modelo de participación basado en 5 equipos autogestionados: cada equipo se concentra en una categoría de clientes y planifica su producción, contrata el personal y se marca los objetivos de manera autónoma…Actualmente ocupa un lugar destacado en el mercado de la ventilación gracias al diseño, fabricación y comercialización de innovadores productos respetuosos con la naturaleza.
A su vez, el grupo SIRO tiene un firme compromiso con la sociedad española, y de manera especial con Castilla y León, ámbito en el que desarrolla gran parte de su actividad productiva. Éste es uno de los criterios esenciales de la compañía desde su nacimiento. Este compromiso del Grupo por la ética empresarial se traslada también al equipo humano y al entorno de los centros de producción.
Así, en todos los procesos de adquisición de compañías y concentración industrial que ha realizado la compañía, se han buscado soluciones innovadoras que pusieran en primer plano la defensa de los intereses de los empleados.
El Grupo Siro ha realizado una fuerte apuesta por la integración social y laboral de los discapacitados. Fruto de un acuerdo con Fundación ONCE, en 1998 se puso en marcha la fábrica de Snacks de Castilla y León en Venta de Baños, que emplea a discapacitados.