Esta semana causó un gran revuelo la decisión de la agencia noticiosa Associated Press de suspender el uso del término «inmigrante ilegal» y la noticia de que el periódico The New York Times también está considerando cambios a su terminología sobre este tema, aunque ya anunciaron que tales cambios no serán «tan radicales».
Estos no son los primeros medios en inglés que abandonan el que antes fuera el uso común de la palabra «ilegal» o «inmigrante ilegal» para referirse a inmigrantes o migrantes que no tienen autorización o documentación para estar en el país. Pero la decisión de AP, la agencia noticiosa más grande y más antigua del mundo (fue fundada en 1846) es considerada un importante paso en el cambio de una terminología que está cambiando junto con las actitudes de la sociedad y la influencia del empoderamiento de los latinos y los inmigrantes en Estados Unidos.
En este contexto es bueno aclarar que esa disyuntiva del lenguaje fue resuelta desde hace mucho tiempo por La Opinión y por los demás periódicos de la cadena Impremedia que desde unos años para acá son publicaciones hermanas: no usamos la palabra ilegal para referirnos a un individuo, a un inmigrante y no lo hemos hecho durante varias décadas.
«El término ilegal o el termino mojado que se usaba popularmente para referirse a las personas sin papeles no se utilizaba en La Opinión durante los años en que yo trabajé allí. En realidad en un principio no teníamos una lógica para ello. Simplemente nos sonaba mal y sólo se utilizaba en el contexto de una cita textual», indicó J. Gerardo López, quien trabajó en el periódico desde 1977 hasta 2004. Sus últimos 9 años fue el director del periódico.
«Nosotros lo veíamos como un asunto de respeto por nuestro lector, fuese quien fuese. Una persona tiene una dignidad. Nuestro trabajo siempre fue darle información, ayudar al lector a integrarse a la sociedad y participar de esta democracia», dijo López.
Por supuesto, la diferencia entre La Opinión y AP o el New York Times es que muchos de esos inmigrantes que otros medios definen como «ilegales» y que nosotros preferimos llamar indocumentados, sin papeles o sin autorización, son nuestros lectores. No son los únicos, pero son una parte importante de nuestro público. Utilizar un término considerado peyorativo y criminalizante para referirnos a nuestros lectores no tiene sentido periodístico ni moral.
En 1994, el nuevo manual de estilo de La Opinión, escrito por Hugo Valicente, determinó que la palabra ilegal para referirse a inmigrantes es «exageradamente peyorativa, si se toma en cuenta que ningún ser humano puede ser visto como tal».
Para Roberto Suro, profesor de la Escuela Annenberg de Comunicación y director del Centro Tomás Rivera, el cambio en el léxico tiene que ver con cambios en la sociedad. «Es un asunto más amplio, es la recuperación de la humanidad por parte de la población migrante no autorizada», dijo Suro. «Es un elemento importante de lo que está pasando política y socialmente, el retroceso o la reacción contra años de actitudes anti inmigrantes».
Suro considera que el término tampoco es «periodísticamente exacto».
«La gente hace cosas, pero no se convierte en eso que hace. Uno no se ve categorizado o definido por algo dejando de ser un ser humano sin importar cualquier otra característica», dijo Suro. «Hay mucha gente que comete delitos, que no paga su multas, que comete errores o hasta fraude en sus impuestos. Hay mucha gente con problemas con la ley. Y no les llamamos contribuyentes ilegales, ni conductores ilegales».
Fuente: La Opinión