Cuando se trata de estimular la productividad de quienes colaboran con una organización, es cada vez más común pensar en detalles como el ambiente laboral, o el salario emocional; pero existen otros factores como las toxinas en el aire y la iluminación que tienen una gran influencia en el desempeño de las actividades diarias, y cuya importancia es un poco menos popular entre los líderes de las empresas.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Northwestern y la Universidad de Illinois, los trabajadores que se desenvuelven en oficinas que permiten una mayor penetración de la luz solar no sólo pueden dormir mejor, sino también desarrollan una mayor capacidad de realizar actividades físicas y tienen una mejor calidad de vida en comparación a quienes laboran en espacios de mayor obscuridad.
Esta investigación fue liderada por el neurólogo especialista en sueño Phyllis Zee, quien evaluó a 27 profesionistas que trabajaban en oficinas obscuras y 22 que se desarrollaban en espacios con ventanas. Estos últimos recibieron 173% más exposición a la luz solar durante su horario laboral.
El resultado fue que quienes recibieron mayor cantidad de luz natural durmieron un promedio de 46 minutos adicionales por la noche, incrementaron su capacidad de realizar actividad física y por consecuencia incrementaron su productividad. Por el contrario, quienes laboraron en espacios completamente cerrados y con menor iluminación no sólo obtuvieron puntuaciones más bajas en calidad de vida gracias a que desarrollaron problemas físicos y alteraciones de sueño, sino también vieron mermada su vitalidad, lo que desencadenó a su vez una disminución en su capacidad diaria de producción.
Contrario a lo que pueda pensarse, este efecto no es consecuencia del factor psicológico, sino de una respuesta física a los estímulos de la luz solar, cuyas variaciones a lo largo del día pueden generar cambios hormonales en el cuerpo humano, afectando el estado de ánimo y la concentración.
La baja exposición a la luz natural puede crear una sensación nocturna y estimular la producción de melanina, sustancia relacionada con el sueño; mientras que desenvolverse en lugares más iluminados incrementa la producción de cortisol y dopamina, que ayudan a responder ante situaciones de estrés y sentir motivación.
Además iluminar nuestros espacios de trabajo principalmente con fuentes naturales contribuye considerablemente a un consumo energético mucho más eficiente, por lo que sin duda vale la pena abrir las ventanas y acercar los escritorios a los rayos de sol más cercanos.