Para Víctor González Torres, 1994 no fue un buen año.
Su empresa, Laboratorios Best, perdía su principal cliente, el Seguro Social.
Miles de empleados dependían de que alguna idea salvara a la compañía.
A los 46 años, su matrimonio tambaleaba, su padre acababa de morir y las adicciones terminaron por confinarlo en el centro de rehabilitación Oceánica.
Esta tormenta terminó incubando a un empresario que abandonó el perfil bajo, fundó un movimiento anticorrupción, inventó una nueva categoría de medicinas y hasta logró montar un mostrador alternativo para sus productos: las Farmacias Similares.
Instalado en Cancún, Víctor González Torres está haciendo, 14 años más tarde, un nuevo receso en su ecléctica y polémica carrera.
Víctor González Torres tiene su compañía dividida en dos partes: una de carácter comercial y otra de carácter altruista.
Dentro de esta última se encuentran la Fundación Best (que tiene a cargo la selección de los médicos de sus consultorios), el Movimiento Nacional, la Fundación Eugenia y la Fundación Dr. Simi, que apoya a 2,025 instituciones de caridad.
Expansión, Portada, p. 94-106, Núm. 1005, 8-21 de Diciembre de 2008