Una de las primeras llamadas que ha recibido Mikel Arriola en estos días como nuevo titular de la Cofepris, ha sido de la Canifarma, la cámara que aglutina a los laboratorios farmacéuticos. ¿La preocupación? El famoso rezago en el otorgamiento de registros sanitarios por parte de esa agencia de gobierno. Sin esos registros las corporaciones farmacéuticas no pueden vender medicinas.
El rezago en el otorgamiento de registros se deriva de un cambio legislativo que obligó a renovar dichos permisos. Cuando ello ocurrió la Cofepris se vio rebasada, pues no cuenta con la infraestructura para dar salida a todas las solicitudes. ¿Resultado? Los laboratorios trinaban ante la necesidad de vender, tener inventario… pero no tener permiso.
Luego vino la idea de reconocer los permisos sanitarios que se otorgan en Estados Unidos por parte de la agencia equivalente, la FDA. La idea era simple: si se reconoce como válido el registro obtenido en Estados Unidos, el medicamento se podría comercializar en México. Eso eliminaría de tajo parte del rezago.
No obstante, apareció un problema: si se hubiesen aceptado todos los permisos sanitarios estadunidenses se permitiría aquí la comercialización de esas medicinas importadas, mientras el rezago en la autorización de los registros para las empresas mexicanas continuaba; o sea, habría un trato inequitativo para los productores nacionales.
Pero ya está definida la prioridad del comisionado Arriola: velocidad. La FDA suele otorgar registros en 30 días. Aquí el rezago arroja permisos luego de casi dos años de espera. Ojo: Arriola honrará el compromiso de homologar el reconocimiento de la agencia estadunidense, pero lo hará paulatinamente y por bloques. Primero se reconocerán los medicamentos que no se producen en México, luego los que sí tienen competidor doméstico pero que no tienen rezago. Al final se hará el reconocimiento a los rezagados que sí tienen competidor nacional. En paralelo trabajará en dar celeridad al proceso mexicano para acortarlo.
Algo más: el nuevo comisionado piensa mucho en términos de eficiencia organizacional. Léase otra vez: eficiencia organizacional… con todas sus implicaciones.
Fuente: Milenio Diario, al frente, p. 03.
Columnista: Carlos Mota (Cubículo estratégico).
Publicado: 14 de marzo de 2011.