Sabemos que hay que apagar las luces cuando salgamos de una habitación, no dejar correr el agua, reciclar, usar bolsas de tela para nuestras compras… y cientos de acciones más. Algunas sí las llevamos a cabo y otras las ignoramos. Pero ¿cuáles nos hacen sentir culpables?
Según un nuevo estudio, el 39% de los estadounidenses se siente culpable cuando desperdicia comida, el 27% por no apagar las luces o desperdiciar agua, el 22% por no desconectar electrónicos y el 21% por no reciclar. Mientras tanto, actividades como no comprar focos ahorradores, regar el jardín por demasiado tiempo o usar químicos para fertilizar generan una cantidad mínima de culpa.
Por supuesto, la culpa no tiene causas racionales: ¿por qué «desperdiciar agua» está en los primeros lugares, pero «no ser cuidadosos al regar no lo está? Según Shelton Group, la compañía de marketing y comunicación que realizó el estudio por noveno año consecutivo, los consumidores quieren soluciones prácticas para ya no sentir la «culpa verde», pero lo contrario no funciona. Es decir, no se puede plantar culpa para intentar cambiar conductas.
La culpa cambia de acuerdo a la generación a la que pertenecen los encuestados (a los ciudadanos mayores no les interesa reciclar, por ejemplo), pero es importante saber cuáles son estas áreas para ofrecer soluciones que no solo acaben con el terrible sentimiento sino que también ayuden al planeta. Ahora es momento de que el green marketing responda cómo podemos desperdiciar menos comida.