Está circulando en internet un video donde la famosa comediante y presentadora de televisión Ellen Degeneres se burla de la línea de plumas «para ella» de Bic. El clip tiene casi dos años, pero no ha perdido popularidad porque, con gran sentido del humor, Degeneres analiza una tendencia de la mercadotecnia que todas las mujeres conocemos: pintar un producto color de rosa y después exclamar que está hecho especialmente para nosotras.
«Están disponibles en los dos colores para damas: rosa y morado, y son exactamente iguales a las plumas tradicionales, pero son rosas, así que cuestan el doble», dice Ellen, para después añadir: «Pero lo peor es que no vienen con un instructivo, así que ¿cómo vamos a saber cómo escribir con ellas?» El monólogo completo es una joya, pero estas dos frases resumen el problema con estos productos: reducen a la mujer con estereotipos y, al hacerlo, también subestiman su inteligencia.
Recientemente publicamos un artículo de Lauren Dragan que criticaba la forma en la que las compañías de tecnología le venden productos a mujeres usando los colores y formas «femeninos» y el miedo a la violación. Pero claro, la estrategia no es exclusiva de una sola industria. Desde plumas hasta bocinas, pasando por cajas de herramientas y rastrillos de afeitar, los productos «para ella» son idénticos a los masculinos, pero con flores.
Tanto Ellen como Dragan llaman la atención sobre otro factor: no hay una verdadera investigación de mercado para saber qué queremos o necesitamos las mujeres de nuestras plumas, bocinas y rastrillos. O, si las hay, suelen ser ignoradas para regresar a prejuicios y estereotipos. La razón, me aventuro a afirmar, es que hay muy pocas ejecutivas en altos niveles de decisión, y son hombres los que están empeñados en ponerle cristales Swarovski a todos sus productos dirigidos al público femenino.
Y no sucede solamente en aquellas cosas que nos venden, sino también en las que nos regalan. Recientemente, el New York Times reportó que el grupo de inversión Goldman Sachs patrocinó un evento organizado por la universidad de Harvard para ingenieras, y ofreció algunos regalos de recuerdo. Entre ellos: llaveros y camisetas, pero también limas para uñas y espejos. Una asistente subió una fotografía a Instagram y escribió «no sé si esto es #feminismosexy o un esterotipo de género.»
Los eventos empresariales están llenos de regalos, y probablemente este no debe ser sacado de proporción (las organizadores dijeron que aceptan cualquier tipo de regalo, y la empresa se disculpó), pero es una muestra de cómo los estereotipos de lo femenino pueden estar muy integrados a la cultura empresarial. A pesar de que un espejo es igual de útil para un hombre, y de que muchos se liman las uñas, no creo que Goldman Sach regalaría lo mismo a un grupo de ingenieros.
María José Evia Herrero. Coordinadora de Contenidos y Medios en Expok.
Comunicóloga por la Universidad Modelo. Ha sido niñera, repostera, Community Manager, nerd, periodista cultural, maestra de preparatoria, asistente de dirección y ahora Coordinadora de Contenidos y Medios en Expok. En sus tiempos libres es una blogger indisciplinada pero divertida.
Es también una consumidora irredenta de libros, películas, postres, televisión, social media, crítica de género y moda. Para compensar, escribe sobre todos estos temas. Se incorporó a la autoría de este espacio desde 2012. Su Flavors.
Estoy totalmente de acuerdo con los comentarios…se tienen que seguir publicando este tipo de comentarios para que el publico en general y en especial los emresarios aprendan a romper los estereotipos de genero…y una forma de ello es que en los eventos de » hombres» se cloquen objetos » etiquetados» para mujeres…como camisetas rosas, los propios espejos, lima de unas, mascadas, calcetas, barnices…porque tambien los usan….y asi llevar poco a poco al publico masculino a hacerlo suyo y no diferenciarlo con la mujer