Twitter y Facebook no fomentan los mensajes de odio, solo reflejan cómo ha sido programada la mente desde hace miles de años
México es un país que discrimina. Basta ‘asomarse’ a la mayoría de las redes sociales más populares para encontrar mensajes que atacan a personas por su preferencia sexual, origen o ideología política.
«Las redes sociales no son espacios paralelos a la realidad, son un reflejo directo de la cultura política de la sociedad», señala María Elena Meneses, académica del Tecnológico de Monterrey.
«Los mexicanos discriminamos bastante y es una actitud que se multiplica por el anonimato que ofrecen las redes sociales», agregó.
Pero este comportamiento no es exclusivo ni de los mexicanos ni de las redes sociales: es un componente clave de la evolución humana.
«Las redes nos permiten llevar a otro ámbito algo que hacemos desde hace miles de años: formar grupos. Siempre nos agrupamos en un ‘nosotros contra ellos’; buscamos algo que nos identifique y rechazamos lo demás», explica Pedro Pedraza, académico del laboratorio de neurociencias de la Universidad Iberoamericana.
Es este sentido lo que buscan la mayoría de los usuarios que colocan un hashtag de odio o un meme discriminatorio, es el reconocimiento de su grupo al atacar a quienes no considera como parte del mismo.
«Internet nos da un auditorio más grande, es más fácil interactuar y buscar la aceptación social», dice Pedraza.
El obsoleto ‘sistema operativo’ de los humanos
La evolución le permitió al ser humano adaptarse a distintos ambientes y poder destacar entre otras especies. Sin embargo, esa parece ser la última vez que se ‘actualizó’ la programación del cerebro humano.
«La tecnología avanza mucho más rápido que nuestra evolución biológica, nuestro cerebro está programado para actuar de la misma manera desde hace miles de años», señala Pedro Pedraza.
Nuestra mente ha encontrado en las redes sociales un medio más para reafirmar su tendencia a formar grupos, y la discriminación se traduce en términos negativos por competencia, para demostrar quién es mejor.
Pero la condición biológica del humano no significa que no haya solución ante los comentarios negativos en internet.
La especialista María Elena Meneses subraya la importancia de la responsabilidad de los usuarios y la creación de una «ciudadanía digital» para combatir la discriminación.
«La salida es la educación digital. Tenemos que aprender a respetar y a convivir con la diferencia en las redes sociales. Los usuarios también deben condenar este tipo de mensajes. Debemos de cazar ‘bots’, a bloquear todos aquellos comentarios intolerantes en internet», dice la especialista del Tecnológico de Monterrey.
Y los usuarios deben de darse cuenta que muchas veces los ‘bandos’ se forman “alrededor de cosas triviales; esas diferencias no tienen tanto peso y son irrelevantes”, agrega Pedro Pedraza.
RT a la aceptación y la tolerancia
Ante el alcance masivo de las redes sociales, Ilda Téllez Lino, directora general adjunta de Quejas y Reclamaciones del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), agrega que sería importante «legislar sobre qué tipo de expresiones podrían constituir un discurso de odio a través del internet, para poder detener las expresiones que tienden a rechazar a las personas por sus características».
Téllez apunta que ante la negativa de algún tipo de control en internet por parte de quienes lo consideran un acto de censura, el Conapred actualmente apuesta por generar consciencia entre las personas jóvenes, que son los que tienen mayor acceso a las redes sociales, a través de tres puntos que se deben considerar para eliminar los mensajes negativos:
Autorregulación: Los jóvenes deben saber que usar las redes lleva una responsabilidad. «Pensemos que esa será parte de nuestra historia digital y será como nos recordarán», dice Téllez.
Saber que un mensaje, por inofensivo que parezca, se puede replicar varias veces y se le pueden sumar diversas expresiones.
Cuando veamos un hashtag de violencia u odio no hay que reproducirlo, ni para condenarlo
«Las redes sociales plataformas formidables, ahí se articula el disenso en sociedades limitadas. Son espacios de libertad que debemos cuidar en calidad de espacio público, global en algunos casos», concluyó María Elena Meneses.
Fuente: CNN