Antonio Tamayo Neyra
En su reciente aparición de Muhammad Yunus en el Foro Económico Mundial de Davos el fin de semana pasado, dejó muy en claro lo que considero la verdadera responsabilidad social en el más amplio sentido de la palabra.
En relación a lo que llamó la empresa social, señaló que el capitalismo que se maneja señala que el hombre está hecho únicamente para hacer dinero y en función de ello es categorizado; sin embargo, el ser humano es multidimensional y el considerarlo unidimensional solamente para ganar dinero, es reducirlo en sus capacidades y posibilidades.
Y si bien el ser humano es egoísta puede ser también desinteresado en cuanto a su relación con los demás, y en este sentido es cuando surge la empresa social, la cual no busca las utilidades, sino más bien proporcionar un bien o servicio a la sociedad, en donde los ingresos y/o utilidades obtenidas son reinvertidas para seguir brindado el producto o servicio para la que fue creada.
Aclarando, el negocio existe como tal, con la diferencia que no es su objetivo obtener utilidades, sino para proporcionar algo para la sociedad, por lo tanto el lucro como fin no es el propósito de este tipo de organizaciones.
Bajo este concepto antes mencionado, el imaginar por un solo instante que las empresas se manejaran con un propósito eminentemente social, cambiaría en mucho la forma como opera el mundo de los negocios.
Sin temor a exagerar es muy posible que a todos nos hayan educado tanto en la casa como en la universidad, con la premisa de ganar dinero, y el ser exitoso será en función de la capacidad para ganar mucho dinero. Los medios de comunicación a través de sus diversas series es el mensaje subliminal que nos envían, pensar en forma egoísta en ganar dinero, pero no hacer algo en beneficio de la sociedad, dejando esto último como función del estado y/o de las organizaciones caritativas o filantrópicas.
Tal vez por lo anterior la ética y la moral no son valores que se tengan en alta estima, ya que el paradigma es ganar y ganar más dinero, y serás estimado y aceptado por toda la sociedad en la medida en que mejor cumplas tal consigna.
El mensaje de Yunus no es para nada quijotesco o quimérico, ya que siendo el director y fundador del Grameen Bank de Bangladesh e inventor de los microcréditos, ha venido demostrando claramente que este modelo es posible y de aplicación universal.
La gran lección de la crisis de los pasados dos años ha sido el buscar esa ganancia y el lograrla en el corto plazo, máximas que han imperado en la historia contemporánea, y que será seguramente marcada en dicha forma por los futuros historiadores.
Por tal razón, las generaciones actuales tenemos la responsabilidad social de cambiar los mencionados paradigmas de utilidad y corto plazo y repensar la forma de hacer negocios de manera social y sustentable, de lo contrario, el fantasma de la crisis como la que se ha vivido siempre estará presente y de forma cada vez más grande.
Seguiremos platicando …
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Antonio Rey Tamayo Neyra
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, y actualmente estudiando la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña. Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. En los pasados 19 años hasta la fecha, colaborando en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de haber escritor para otros medios durante este mismo tiempo. Adicionalmente se ha dedicado también a la consultoría y capacitación en relacionales laborales desde hace 18 años, trabajando para diferentes empresas en todo México. De siete años a la fecha, involucrado en el tema de Responsabilidad Social, realizando varios proyectos editoriales, y estudiado un diplomado al respecto coordinado por el Tecnológico de Monterrey, Cemex y el Banco Mundial, y un curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña.
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