Una encuesta de KPGM a 852 hombres de negocios muestra que el 50% de los altos ejecutivos del mundo afirman que cambiarán sus estrategias de largo plazo como resultado de la desaceleración económica global.
Una demostración de que no hay mal que por bien no venga, porque el rediseño estratégico de largo plazo proporciona a toda empresa, de cualquier tamaño, una oportunidad única de transformarla en un agente de cambios que proyecte su quehacer futuro insertándolo en un marco que apunte al desarrollo sustentable y a la plena responsabilidad social, en materias tan importantes como protección del medio ambiente, derechos humanos, prácticas laborales, gobierno de la organización, prácticas de negocio justas, inclusión de la comunidad, respeto al consumidor y otros regulados o por regularse en la legislación nacional, en tratado internacionales o en normas como la SA 8000 o la Norma ISO 2600
Sólo una visión de misión de conjunto en el sentido indicado permitirá la obsolescencia del paradigma de centrar el mejor interés de la empresa en la última línea del balance anual.
Pero no es suficiente. Transformarse en agente de cambios requiere un cambio de mentalidad en todas las personas que pertenecen a una empresa, no sólo en sus dueños o directores, en un tema de la esencia de la responsabilidad social:
El debido conocimiento de las leyes que la rigen y la buena fe con que se les debe dar cumplimiento, No es lo mismo aprobar una planificación tributaria calificada de elusión por el experto tributario de la empresa que cerciorarse, para aprobarla, de que ella responde a una razón de negocios que la respalda. Y el experto debiera saberlo. Los ejemplos pueden repetirse al infinito.
