Hace poco Shake Shack llegó a México para compartir sus deliciosas hamburguesas, malteadas, helados y mucho más.
Es importante mencionar que sus alimentos no son todo lo que la marca está compartiendo en nuestro país. Su lado responsable hace de sus productos algo todavía más delicioso.
Para platicar sobre los compromisos en materia de Responsabilidad Social (RS) de la marca, tuvimos en nuestro estudio a Rodrigo Losada, director de operaciones de Shake Shack México.
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Esta cadena de comida inició como un carrito de hot dogs ubicado en Madison Square Park Conservancy. Gracias a su éxito y popularidad, la compañía pasó de un carrito a un local dentro de un kiosko permanente, y partir de ese momento comenzó a expandirse hasta convertirse en lo que es hoy.
Con su expansión, la marca comenzó a integrar compromisos de impacto social y medio ambiente. Así que mejoró su cadena de producción para convertirla en una más sostenible.
“Amamos nuestro planeta y a todos los seres que lo habitan, por eso nos esforzamos para disminuir nuestra huella ambiental. Estamos comprometidos a llevar nuestra hospitalidad a la comunidad, más allá de las paredes de cada Shack. Gracias por ser parte de esto”, compartió la marca.
Ingredientes sustentables
Shake Shack trabaja con ganaderos, agricultores y panaderos locales, ellos ayudan a garantizar que los ingredientes utilizados sean frescos y de calidad. La carne para los alimentos es de res 100% natural y libre de hormonas y antibióticos.
“Nuestra carne Angus proviene de vacas con dieta vegetariana y criadas humanamente. Usamos huevos libres de jaula”, mencionan.
En los platillos y bebidas dulces se utiliza azúcar natural y sin jarabe de maíz, leche orgánica y libre hormonas de crecimiento. Además, cada sucursal que se construya debe tener un diseño adaptable con el entorno.
“En nuestras paredes usamos madera recuperada de graneros, murales únicos hechos por artistas locales, jardines verticales y la iluminación está inspirada en los alrededores. ¡Todo Bien!»
Más que hamburguesas y buen sabor
Rodrigo Losada, compartió durante “La Entrevista”, que la compañía destina parte de sus ganancias a organizaciones enfocadas en el cuidado del agua, comunidades y medio ambiente.
«Nos esforzamos por contribuir a la comunidad de cada lugar al que llegamos. Cada Shack dona el 5% de la venta de sus concretes (densa natilla congelada mezclada a alta velocidad con coberturas y mezcla) a una asociación sin fines de lucro”.
En la sucursal de México, enfocaron el modelo de negocio para abrir oportunidades laborales con horarios flexibles, cursos y un ambiente laboral que haga sentir a los colaboradores que están trabajando en un lugar justo.
A nuestros colaboradores les gusta la empresa. Para Shake Shack lo más importante es el equipo de trabajo que forma parte de la primera sucursal de la compañía.
Otro punto relevante es que la empresa reconoce el valor que aporta ser transparente con sus grupos de interés.
Para muestra de ello, su cocina es abierta, sus ingredientes son colocados en las etiquetas, y comparten con sus stakeholders un ambiente que represente a la cultura en donde la sucursal se encuentra, en este caso una combinación entre México y Nueva York.
Trabajo con la comunidad
Shake Shack se encarga que sus colaboradores donen más de 2 mil horas al año para servir comidas a personas vulnerables, guiar a niños necesitados, limpiar parques, entre otras actividades.
“La comunidad se encuentra en nuestro núcleo. Las cinco áreas principales que apoyamos son: alivio del hambre, arte y cultura, educación y familia, medio ambiente, bienestar animal y salud”, mencionan.
Así que esta empresa se posiciona como un caso de éxito, demostrando que invertir e integrar la responsabilidad social es bueno para el negocio y para el entorno.
