Escrito por Mauricio Gutiérrez, Managing Director de JeffreyGroup en México y CSO Latam.
El capitalismo de stakeholders es una práctica económica, social, ambiental y de negocios en general, cuyo objetivo es la creación de valor empresarial durante periodos prolongados, teniendo en cuenta las necesidades y prioridades de todos los grupos de interés alrededor de las empresas.
Son muchos los beneficios que genera, pues con una estrategia holística se puede garantizar el crecimiento y desarrollo de todos los stakeholders, no solo de los inversionistas. Un estudio realizado a compañías públicas estadounidenses, de alta capitalización, encontró que aquellas que contaban con una visión a largo plazo, tenían un mejor posicionamiento respecto a su competencia, tanto en ingresos como inversiones y empleo.
El capitalismo de stakeholders —ya con métricas e indicadores que miden el estado de cada empresa ante sus grupos de interés— propone una economía global en la que se equilibren y converjan las acciones enfocadas en cuatro pilares fundamentales: gobernanza, planeta, personas y prosperidad.
Se trata de puntos particulares que apuntalan la calidad de vida de los seres humanos se ve beneficiada por el capitalismo de stakeholders. Por ejemplo, la gobernanza al interior de las compañías está relacionada con su propósito corporativo, además de que el pilar personal busca fortalecer la inclusión y la diversidad.
Intereses conjuntos
El capitalismo de este tipo es un potenciador de valor colectivo, gracias a que considera los intereses de los involucrados: gobierno, compañías privadas, públicas, inversionistas, colaboradores y consumidores, etc.
Esta práctica permite a las firmas alinear sus esfuerzos con las necesidades de los diferentes stakeholders, lo que ayuda a tener mejores beneficios y un desarrollo más satisfactorio, capaz de impactar en distintos niveles.
También, con este trabajo, las empresas se protegen ante múltiples problemas y posibles riesgos del mercado, no solo de manera reactiva, sino anticipada.
Es de esta manera como el enfoque de los negocios se transforma, pasando de los números, los accionistas y el mero crecimiento corporativo, a una visión enmarcada por la transparencia, coherencia, responsabilidad y credibilidad.
De esta forma, las empresas obtienen una transformación sostenible, con equidad de género e innovación, consiguiendo con ello reducir el impacto medioambiental de sus operaciones.
Recortar brechas
En su libro Stakeholder Capitalism, el presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, subrayó diversos problemas socioeconómicos que este concepto pretende erradicar, como la disparidad económica y desigualdad de salarios.
El capitalismo de stakeholders genera nuevas oportunidades y vínculos de negocio, lo cual contribuye a reducir la desigualdad laboral. En México, por ejemplo, más del 65% de la población ocupada recibe entre uno y dos salarios mínimos como remuneración, según datos del INEGI.
En materia ambiental, el enfoque de stakeholders también ofrece oportunidades para ayudar y nutrir las estrategias a largo plazo. Los programas ESG (Environmental, Social, and Governance) brindan beneficios notorios a las empresas en estas áreas.
Los accionistas están dispuestos a pagar hasta un 10% más por aquellas compañías que tienen lineamientos claros y definidos en relación con el capitalismo de stakeholders.
En este enfoque, es crucial que las empresas sean capaces de identificar las oportunidades y definir cómo evaluarán y trabajarán con cada grupo de interés.
Sumarse tempranamente a los valores y principios de esta tendencia es lo mejor para las organizaciones y su entorno, ya que les permitirá construir un futuro inclusivo, sostenible y próspero. Cuanto antes reconozcan su responsabilidad, mejor comprenderán que el futuro es ahora.