ERA UNO DE LOS TRES PILARES, JUNto con la libertad y la igualdad, en los que se sustentaba la sociedad Griega. Filantropía entendida como un acto de amor al otro, especialmente el desvalido, que busca colaborar en el mejoramiento de sus vidas, de sus condiciones de existencia. Un comportamiento humano antiguo pero excepcional en su vivencia.
El día previo a su posesión como Presidente de Estados Unidos, Barack Obama honró la memoria de Martin Luther King con una invitación a sus conciudadanos para que en ese día cívico de conmemoración de su nacimiento dedicaran unas horas a alguna actividad filantrópica. Se le vio, en las vísperas de convertirse en el hombre más importante del mundo, de bluyines, pintando las paredes de la Casa Sasha Bruce, que trabaja con adolescentes indigentes. Cinco mil agrupaciones civiles organizaron más de trece mil eventos de solidaridad con los más débiles, los más necesitados. Una manera práctica y simbólica para que los norteamericanos entiendan que el trabajo solidario, a partir del reconocimiento del otro y de su necesidad, hace parte de la vida en comunidad y es condición necesaria para el éxito de las políticas públicas que buscan transformar las condiciones de vida, especialmente las de los desfavorecidos. Obama considera que por es vía podrán los Estados Unidos retomar el sendero que habían extraviado en los últimos años, un mensaje que subrayaría enfáticamente en su discurso de posesión.
Como si se tratara de una feliz coincidencia, la semana pasada desde Cali se hizo un llamado similar, en un evento convocado por la fundación AlvarAlice, creada en memoria de Alvaro Garcés y Alice Echevarria y que tiene como propósito contribuir a la creación de una sociedad más equitativa y pacífica. Más de 2.000 personas se reunieron alrededor de ponencias de expertos internacionales, a reflexionar sobre las microfinanzas y su aporte a la construcción de paz. Hoy se entiende que el progreso y el desarrollo económico tienen que ir de la mano de la equidad social.
La fundación AlvarAlice es la única entidad de ese tipo que en Colombia hace parte del Global Philanthropists Circle, que reúne a cerca de cien iniciativas privadas en 22 países del mundo dedicadas a conseguir y orientar recursos hacia la satisfacción de necesidades de sectores poblacionales desfavorecidos y a fortalecer alianzas para enfrentar los grandes problemas de la Humanidad. Sus exitosos miembros reconocen, curiosamente, que es más difícil decidir y realizar efectivamente la financiación de proyectos sociales, que conseguir los dineros requeridos.
En esa perspectiva la Fundaciòn AlvarAlice asume retos en grande. Hace 4 años convocó a una primera gran reflexión sobre la justicia transicional o retaurativa, en la cual participaron expertos internacionales de Surafrica, entre ellos, el Obispo Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz. La reunión se realizó mientras se adelantaba en el Congreso la discusión de la Ley de Justicia y Paz, que buscaba introducir elementos de justicia restaurativa.
En el encuentro sobre las microfinanzas se apreciaron las grandes limitaciones prevalentes en el país para proveer recursos financieros permanentes y suficientes, públicos y privados, para apoyar la población que está en la base de la pirámide social colombiana. Quedó claro que el mayor activo con que se cuenta es la gran creatividad y capacidad de iniciativa que acompaña el alma colombiana y que necesita un estrujón de su sentido de solidaridad con el otro, como el que ha hecho el Presidente Obama al país más rico del mundo.
Fuente: El Espectador