Esther Hernández, busca alternativas amigables con la Tierra y en beneficio de todos, como el Proyecto Agua Tierra y La gota verde. La formación profesional de Esther despertó en ella interés por participar en diversos programas de concienciación, como el rescate de barrancas de la Ciudad de México.
Tomar café en un vaso de unicel y disolver el azúcar con una cuchara de plástico es un acto tan cotidiano como dañino para el ambiente. Un día se enteró de que en China existían productos elaborados con fécula de maíz y bagazo de caña de azúcar, que podían sustituir a los de unicel y plástico sin dañar el ambiente.
Comenzó a investigar, aterrizó sus ideas e inició el Proyecto Agua Tierra: la comercialización de envases y productos desechables biodegradables que se pueden utilizar para congelar alimentos, introducirlos en el horno de microondas y son resistentes e impermeables.
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