Instagram es una gran herramienta de marketing, que ya es utilizada con éxito por empresas y el tercer sector para dar a conocer sus campañas o iniciativas.
Una estrategia utilizada por muchas grandes marcas es pedir (y pagar, con dinero o productos) a quienes tienen muchos seguidores en redes sociales para que mencionen, etiqueten o promuevan de alguna forma sus productos. Esto funciona muy bien en Instagram porque el contenido se ve más natural y la interacción con la marca parece ser parte de la vida diaria de quien publica la fotografía. Sin embargo, con frecuencia las ONG más pequeñas no cuentan con los recursos o el conocimiento para aprovechar este modelo.
Dan Cohen, quien creó la organización Collective Good para unir a diseñadores con ONG, vio en esta situación una oportunidad, por lo que ideó el sitio Gramming for Good. Según le dijo en entrevista a Fast Company, su deseo es que este funcione igual que un voluntariado en un banco de alimentos o en un albergue para animales: los usuarios de instagram elijen una causa que les apasione, usan el poder de la imagen para promoverla y así la organización aumenta su audiencia.
Tanto usuarios como organizaciones pueden inscribirse en el portal, donde llenan un pequeño cuestionario. El sitio une a la organización con el fotógrafo basándose en sus perfiles (el usuario de Instagram puede decidir si quiere aliarse con esa OSC o no) y después ambas partes deciden cómo trabajarán juntas. Por ejemplo, el voluntario puede tomar posesión de la cuenta de la OSC, solamente enviar imágenes para que otros las suban, usar su propio perfil etiquetando a la causa o involucrarse aún más y organizar algún evento entre sus seguidores para presentarles la campaña.
La idea de Cohen es que los fotógrafos de Instagram reconozcan que no solo estarán ayudando a una buena causa, sino que ellos mismos pueden ganar nuevas habilidades y aumentar su exposición, ya que entrarían a un nuevo sector.
En México no existe una cultura del voluntariado tan integrada. Si no es a través de la empresa en la que laboran, las personas raramente acuden a ayudar a una organización, pero este modelo podría ser más sencillo, ya que los voluntarios no necesariamente tienen que salir de casa, pero su apoyo será muy valioso.