Tras un mes de iniciados los ataques bélicos entre Rusia y Ucrania, el panorama muestra distintos escenarios. En especial, luego de que se declarara la guerra económica vs Rusia por parte de distintos países, e incluso acciones económicas específicas en contra del gobierno soviético.
Millones de personas desplazadas, ataques a infraestructura civil en Ucrania, cantidad de decesos y más, son solo algunas de las consecuencias que ha traído este acontecimiento que apenas inicia y que posiblemente tendrá efectos secundarios durante décadas. Ante ello, Larry Fink, presidente y consejero delegado de BlackRock, ha comunicado un mensaje a sus accionistas.
Guerra económica vs Rusia: El privilegio del mercado de capitales
El pasado de 24 de marzo de 2022, Fink emitió una carta a sus accionistas. Esta comienza resaltando que el conflicto entre Rusia y Ucrania «ha trastocado el orden mundial que había estado vigente desde el final de la Guerra Fría hace más de 30 años».
La invasión ha catalizado a naciones y gobiernos a unirse para romper los lazos financieros y comerciales con Rusia. Unidos en su firme compromiso de apoyar al pueblo ucraniano, lanzaron una “guerra económica” contra Rusia.
Los gobiernos de todo el mundo impusieron sanciones casi por unanimidad, incluida la medida sin precedentes de prohibir al banco central ruso desplegar sus reservas de divisas.
Larry Fink, presidente y consejero delegado de BlackRock.
Fink destacó cómo al inicio de la década de los 90, luego de la Guerra Fría a Rusia, se le abrieron las puertas del sistema financiero global y se le brindó acceso al mercado de capitales. Esto permitió a Rusia tener una conexión con el mundo, y además de la paz global y la expansión de la globalización…
- Aceleraron el comercio internacional.
- Expandieron los mercados globales de capital.
- Aumentaron el crecimiento económico.
- Ayudaron a reducir la pobreza en las naciones de todo el mundo.
Sin embargo, en la situación bélica actual, los mercados de capitales, las instituciones financieras y las empresas han ido más allá de las sanciones impuestas por los gobiernos. Lo cual condensa la idea de que:
El acceso a los mercados de capitales es un privilegio, no un derecho.
Larry Fink , presidente y consejero delegado de BlackRock.
Bajo esa lógica, de acuerdo con AristeguiNoticias, una de las declaraciones destacadas de Fink es que «la invasión rusa de Ucrania ha puesto fin a la globalización que hemos vivido durante las últimas tres décadas». En especial, luego de dos años de aislamiento en donde no solo la ciudadanía, sino las naciones se veían «aisladas», este conflicto agudiza la tensa situación.
Particularmente, la guerra económica vs Rusia ha hecho que los lazos comerciales se rompan y la globalización, tal como la hemos vivido, tienda a reconstruirse de otra manera.
Los efectos del conflicto de Rusia vs Ucrania
La guerra económica vs Rusia parece funcionar para presionar al país invasor; sin embargo, también ha hecho pensar en el fin de la globalización tal como la conocemos. Es decir, los conflictos bélicos impactan al mundo en diferentes áreas y de manera distinta.
Bajo la idea que plantea Fink sobre la desvinculación de la economía global de Rusia y Ucrania, esto impulsaría a empresas y gobiernos a:
- Reevaluar sus dependencias.
- Analizar nuevamente sus huellas de fabricación y ensamblaje.
En el sector financiero resalta la aceleración de las monedas digitales. Si bien antes de la guerra algunos países buscaban integrar las monedas digitales y establecer marcos regulatorios, la guerra impulsará a los países a reevaluar sus dependencias monetarias y a acelerar este proceso. Además:
Los bancos centrales están sopesando decisiones difíciles sobre qué tan rápido subir las tasas. Se enfrentan a un dilema que no han vivido en décadas, que se ha visto agravado por el conflicto geopolítico y las crisis energéticas resultantes.
Los bancos centrales deben elegir entre vivir con una inflación más alta o una actividad económica y un empleo lentos para bajar la inflación rápidamente.
Larry Fink , presidente y consejero delegado de BlackRock.
Por otro lado, un tema crucial es la dependencia energética. Una consecuencia directa es sobre la transición energética. En especial, luego de observar la dependencia de las materias primas rusas por parte de «los aliados occidentales». Eso se traduciría en costos más altos para las y los consumidores, sobre todo tras el aumento del precio del petróleo que superó los 100 dólares por barril a principios de este año (2022).
La seguridad energética se ha unido a la transición energética como una de las principales metas globales. Bajo es lógica, es indispensable tener en cuenta que la transición neta si bien contribuye a resolver el cambio climático, también se presentará de forma desigual.
Tal es el caso de los países en desarrollo, los cuales tienen proporciones relativamente mayores de empleos, PIB y capital en sectores que estarían más expuestos a la transición, por ejemplo: India, Bangladesh, Kenia y Nigeria. En este nuevo contexto dicha situación se aceleraría.
Dicha desigualdad no solo es propia de países en desarrollo, sino también dentro de las economías desarrolladas. Por ejemplo, en Estados Unidos, el 10% de empleos de 44 condados depende de combustibles fósiles, por lo que las economías dependientes de estos combustibles se verían más afectadas.
La dependencia de la energía rusa se convierte en un tema puntual, al mismo tiempo que plantea la posibilidad de que la dependencia se desarrolle en otras naciones. Esto, a su vez, implica que las empresas puedan realizar sus operaciones en tierra o cerca de la costa, lo que trae el retiro de algunos países. En cambio:
México, Brasil, Estados Unidos o centros de fabricación en el sudeste asiático, podrían beneficiarse. Este desacoplamiento inevitablemente creará desafíos para las empresas, incluidos costos más altos y presiones en los márgenes.
Los balances de las empresas y los consumidores son sólidos hoy en día, lo que les brinda más protección para sortear estas dificultades, ya que una reorientación a gran escala de las cadenas de suministro será intrínsecamente inflacionaria.
Larry Fink , presidente y consejero delegado de BlackRock.
La carta de Fink no solo señala las consecuencias de la guerra económica vs Rusia en el corto plazo, sino en una escala temporal y espacial más grande. Estos efectos, sin duda traerán beneficios a ciertos países, por ejemplo, México, el cual se ha mantenido en una «neutralidad» hacía Rusia, pero que podría beneficiarse de las sanciones económicas contra el gobierno soviético.
Los cambios que traerá tal enfrentamiento aún son inciertos, en el peor escenario sería una confrontación con armas nucleares, pero hasta el momento el conflicto no escala a ese punto. En cambio, hace pensar en cómo se desarrollará el mundo con las medidas que ya se han tomado y las que aún están por concretarse.
