Por Javier Visoso
Con cierta nostalgia y sin haberlo vivido, pienso a veces en esas historias que contaban nuestros abuelos de años en los que en México se vivía realmente el valor de la honorabilidad. Esos años en donde había caballeros y la palabra de un hombre valía el prestigio de su familia entera y que al comprometerla, se firmaba la mejor garantía que un tercero podía tener de que lo prometido se llevaría a los hechos.
Escribo “honorabilidad” y pienso en el Cometa Halley que hace su aparición orbital cerca de la Tierra cada 76 años y me pregunto si la honorabilidad es algo similar, que gira alrededor del mundo y regresa a cada territorio a lo mucho 2 veces en una vida humana, como algo efímero que se diluye y cobra fuerza sólo por los lugares por los que pasa y deja su estela. Si así fuera, podría pensar que este fenómeno estaría en estos días sobrevolando Japón y tal vez en una década más podríamos tenerlo de regreso en México. Tal vez fue una de las negociaciones alcanzadas por el gobierno federal en su última visita a esta nación.
Lo cierto es que esta analogía en algunas frases satirizada, me permite abrir espacio a un tema que llama mi atención y es la complejidad de posicionar a la Responsabilidad Social en nuestro entorno.
Por un lado, necesitamos regresar a la sociedad un tejido fuerte y sostenible que fomente la sana convivencia y una estructura de legalidad y justicia auténticos que permitan desahogar diferencias con imparcialidad y razón. Pareciera que la Responsabilidad Social es una solución a esta necesidad y que ésta ha encontrado un fuerte aliado en las empresas para ingresar al núcleo social. A través de las empresas se puede filtrar esta tendencia a la ética y al comportamiento responsable del ser, pero es un proceso largo y complejo de digerir.
Mucho trabajo y tiempo ha costado a grandes hombres auténticos y altruistas, vender este proyecto y convencer de lo favorable que es seguir una línea como esta. Pero hemos llegado a un punto en el que además de vender la idea de ser Socialmente Responsable, debemos persuadir a para que se deje de lado la simulación del ser Socialmente Responsable.
Parecer Socialmente Responsable fomenta la creación de falsas premisas y confusiones que provocan el miedo y la distorsión de la Responsabilidad Social. Por ejemplo, el pensar que por que se camina hacia la transparencia, una empresa se vuelve vulnerable frente a su competencia y frente a temas jurídicos y económicos, es una de las falsas premisas más comunes. Lo que hace vulnerable en este sentido a una empresa es publicitarse como Socialmente Responsable y actuar en una forma diferente o distorsionada del comportamiento correcto. La transparencia no es peligrosa, lo peligroso es decirse transparente mientras se busca “lo oscurito” en el actuar cotidiano.
Pero el problema es más complejo y va más lejos que la simplificación que acabo de presentar. La buena fe de muchas empresas por caminar de manera genuina hacia la transparencia y la Responsabilidad Social abre la puerta a algunos entes sin escrúpulos que se aprovechan de estos avances hacia la madurez social y buscan sacar beneficios personales con argumentos falsos o exigencias desmedidas. No hay empresa perfecta; todos estamos en un camino, en una transición que va de una cultura que tuvo un bache de corrupción y trampa a una cultura de transparencia y responsabilidad. Por lo tanto, lo que se debe de presentar es un avance en esta transición. Pero quienes no se han movido del estado inicial, aprovechan muchos temas subjetivos para comenzar polémicas e insinuaciones que también son distorsionadores de realidad. Por ejemplo, el tema de diversidad o de equidad de género es uno de estos temas complicados. Tener equidad de género no significa que una empresa debe tener 10 hombres por cada 10 mujeres en su platilla laboral. Lo que significa es que la igualdad de oportunidades debe de tener las mismas bases para todos, sin distingo. Y esto tampoco significa que todos los colaboradores de una empresa deben de ser promovidos por igual o nunca haber ningún despido. La sana competencia profesional es válida y el mal comportamiento puede ser castigado con el despido, pero esto debe ser aplicado con equidad y con bajo un esquema de cuidado y protección de los derechos humanos. La realidad es que estos temas tienen una serie de aristas que se prestan a interpretaciones y fomentan la duda de las organizaciones a transparentar su realidad debido a la distorsión que algunos hábiles actores ingresan a este modelo.
El tema es complejo. Es posible que el planteamiento anterior haya quedado ambiguo y tal vez hasta confuso. ¡Bienvenido al debate de la Responsabilidad Social! Lo que quiero ilustrar con esto es que mientras no tengamos un “pacto social” (ahora que los pactos están de moda) en el que la responsabilidad sea la premisa central de todos los sectores, los primeros en dar pasos firmes en esta dirección se encontrarán con situaciones complejas y adversas y muy probablemente con retrocesos constantes derivados de experiencias amargas por denuncias muchas veces infundadas. Por mucho que esto suceda, quienes trabajamos en este lado de la trinchera debemos estar conscientes de las batallas que ser requieren para avanzar en este proceso. Debemos mantener la guardia y el ánimo que lejos de caer, debe de ser contagiado.
Lo cierto de todo esto es que si recurriéramos al principio de la honorabilidad y la adoptáramos como estilo de vida, ni los debates ni las actitudes ventajosas tendrían lugar, claro en el lado ideal que caracteriza esta sección. En un plano real, tenemos que vivir con enredos cotidianos como el aquí planteado porque existen los diferentes matices y posturas que me hacen pensar que si la honorabilidad es como el Halley, actualmente se encuentra en Japón y no en México. Ojalá que pronto veamos su regreso.
Francisco Chávez Visoso
Estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en el Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México. En la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) cursó la maestría en Administración y Mercadotecnia. Desde 2008 ha trabajado en actividades de Responsabilidad Social en empresas trasnacionales de origen mexicano. Actualmente labora en Grupo Bimbo desde donde busca aportar un grano de trigo a la mejora y fortalecimiento de la Responsabilidad Social y la Sustentabilidad.