El colectivo homosexual ruso sufre el acoso del gobierno y de la población por lo que ocultan las señales de su identidad.
Pavel Petel alguna vez fue un hombre bisexual abierto y extravagante de Ucrania, y forjó una carrera como modelo, artista y DJ en Rusia. Pero después de que él y su pareja, Sergey Ostrikov, fueran atacados a las afueras de Moscú, y especialmente desde que se aprobó en junio un proyecto de ley que prohíbe la «propaganda» homosexual, Petel teme por su seguridad.
Petel está perdiendo oportunidades de negocios, lo que atribuye a la ley y a un clima cada vez menos tolerante hacia la homosexualidad. Denuncia la agresividad de la población y asegura que Sergey y él tienen suerte de estar vivos después de que el año pasado quisieran matarlos. «He sentido más temor desde entonces».
«Un día encendí el televisor y vi el video de un presentador de un canal ruso que decía que era necesario quemar el corazón de los homosexuales», dijo a CNN. «Tuve que seguir sonriendo, haciendo presentaciones y diciendo ‘hola, sexy’, pero era difícil. Ahora, cuando salgo a la calle, me visto con ropa informal y temo que la policía pueda arrestarme. Pueden aplicar la ley en mi contra. Sé que no estoy a salvo».
«Tengo miedo de hacer lo que hacía antes. Probablemente, voy a cambiar. Ahora tengo miedo de salir a la calle con pelucas o tacones. He empezado a usarlos muy pocas veces».
Cuando era niño en la época soviética, «la vida era más fácil», recordó. «No había presión para que eligieras quién eras». De hecho, él ni siquiera se define a sí mismo como un hombre homosexual en absoluto. «En realidad, nunca he pensado que sea gay o heterosexual o cualquier otra cosa. Todavía no pienso en eso y tampoco lo hice en mi infancia».
Rusia insiste en que la nueva ley, la cual prohíbe la «propaganda de las relaciones sexuales no tradicionales cerca de los menores» tiene la intención de proteger a los niños. Prohíbe la discusión de los derechos y relaciones homosexuales si lo pueden escuchar los niños.
Grupos internacionales de derechos humanos han expresado que la legislación es altamente discriminatoria, a medida que los ataques en contra de los homosexuales van en aumento en Rusia y en ocasiones son perpetrados por los mismos policías.
Se han hecho llamados generalizados a realizar boicots y protestas, entre ellos una protesta en la que derramaron botellas de vodka en Los Ángeles; con esto, se proyectó una sombra sobre los Juegos Olímpicos de Sochi 2014. El grupo en favor de los derechos de los homosexuales, All Out, ha entregado una petición con cientos de miles de firmas, en la que se denuncia la postura de Rusia respecto a los derechos de los homosexuales.
Petel, quien vive en Moscú, dijo que aunque cree que la ley está «diseñada en contra de personas de sexualidad no tradicional» no apoya el boicot. «Escucho muchos comentarios sobre boicotear los Juegos Olímpicos o el vodka. Eso me hace reír. ¿Por qué? En primer lugar, porque todos sabemos que nadie va a boicotear los Juegos Olímpicos, ya que los intereses financieros de los países son más importantes que la libertad».
Teme que tal medida podría provocar una reacción en contra de los homosexuales. «Incluso podría ser diseñada en contra de la comunidad de homosexuales en Rusia para poner a todos en su contra porque la gente dirá que los homosexuales fueron quienes sabotearon y boicotearon los Juegos Olímpicos».
Moscú, una ciudad de más de 11 millones de habitantes, cuenta con unos pocos clubes nocturnos para homosexuales, ninguno de los cuales permitieron el ingreso de cámaras de CNN. Y en la calle, pocas personas están dispuestas a ser identificadas.
Viktor Michaelson dice que la mayoría de la población gay de Moscú siempre ha vivido en secreto, y que ahora tienen una razón incluso mayor para adoptar el anonimato. A menudo, aquí se hace referencia a la escena de homosexuales como un gueto. Michaelson dice: «[A los homosexuales] no se les ha impuesto permanecer en el gueto, pero se sienten más cómodos ahí, porque pueden ser ellos mismos».
Aleksandr Gudkov dice que fuera del gueto hay una regla clara, no preguntes, no digas nada, pero que él pide más a la vida. «Eso está mal. Quiero vivir en una vida libre. Y quiero vivir mi vida. No es mi elección, es mi vida», dice Gudkov.
Entonces, ¿qué les depara el futuro a los homosexuales en Rusia? Petel entiende por qué la aceptación en el país ha llegado lentamente, pero dice: «Rusia se beneficiaría de apreciar a los homosexuales de la misma manera que los indios aprecian sus vacas. Para mí, los homosexuales suelen ser amables, talentosos, geniales, creativos y lamento que tengan que irse. Esto no es civilizado».
«Creo que todo regresará a la normalidad en 10 años, pero la nueva generación de jóvenes debería llegar al poder y cambiar las leyes. Tal vez veremos al primer presidente gay de Rusia dentro de 10 años. O tal vez será una mujer».
Fuente: CNN.