¿Quién es la parte interesada?
En términos generales, las partes interesadas son individuos o grupos con interés en el proyecto, programa o cartera, y que se encuentran involucrados o se ven afectados por los resultados, en este caso la naturaleza.
¿Por qué la naturaleza será la «parte interesada» en los próximos años?
La naturaleza es parte fundamental en nuestro planeta. Por ello es importante que se le tome en cuenta en las decisiones económicas.
Es necesario que la Tierra entre en una etapa en donde la civilización humana viva en una relación de mejora mutua con el planeta y con el resto de los seres vivos, según el World Economic Forum (WEF).
«Si las empresas quieren ir más allá de la generación económica y cumplir su finalidad de ‘atender a las aspiraciones humanas y sociales en el marco del sistema social en su conjunto’ y defender una economía compartida y regenerativa para todas sus partes interesadas; tal como se defiende en el Manifiesto de Davos, entonces debemos dar prioridad a la parte interesada social y económica más vital para la supervivencia y el desarrollo regenerativo: el planeta Tierra».
Así que al igual que una empresa, se debe tomar en cuenta todas las partes interesadas humanas, y adoptar el compromiso compartido y sostenido.
«Tanto en relación con cada uno de sus productos y servicios, como con las cadenas de suministro o modelos de negocio en general, las empresas deben identificar a las partes interesadas naturales que se verían significativamente afectadas por sus operaciones o involucradas en ellas o que serían fundamentales para el éxito de las mismas».
De acuerdo con el WEF, en el mundo natural podemos encontrar diferentes tipos de relaciones ecológicas, ya sean relaciones simbióticas entre especies (donde ganan ambas partes), comensales (donde una parte gana y la otra no sufre daño alguno) o parásitas (donde una parte gana y la otra pierde), aunque —incluso en la naturaleza— las relaciones parásitas pueden a veces servir a los intereses a largo plazo y la salud general de un ecosistema.
La ciudadanía global corporativa requiere que las empresas participen en esfuerzos colaborativos con otras partes interesadas para mejorar el estado del mundo, y no hay mejor parte interesada empresarial que el mundo natural. La naturaleza es un sistema empresarial cuyos ecosistemas prestan servicios «valorados» en más de 100 000 billones USD, y que lleva miles de millones de años dedicado a investigación y desarrollo. El coste equivalente de la replicación de los sistemas naturales por la humanidad es incomparable.
Un enfoque basado en derechos debería ser la base de cualquier enfoque de partes interesadas, ya sea una empresa o un gobierno que emprenda iniciativas para conservar la naturaleza, aprender de ella o recuperarla, integrar soluciones basadas en la naturaleza o establecer relaciones de cooperación activa con la naturaleza.
Además, se requiere que los gobiernos y las empresas inviertan en el desarrollo de marcos de protección de los derechos legales de la naturaleza, «de modo que se impida la explotación abusiva del planeta y que su valor como parte interesada se comparta entre especies y ecosistemas».