También los productos costosos o exclusivos son elaborados ya con materiales y técnicas que priorizan el respeto al medio ambiente
Habitualmente, lo que consumimos y consideramos necesario para «vivir bien» implica un daño al medio ambiente que no alcanzamos a medir o percibir.
Aquellas cosas que nos gusta comprar fuera de lo indispensable y a lo que llamamos «pequeños lujos», requieren de un extravagante gasto de energía, materiales naturales y otros recursos.
Por fortuna, muchas tendencias empiezan a apuntar hacia un futuro más verde, en el que el consumo sustentable no significa sacrificar calidad. Al proceso de reciclado de materiales para crear estos productos de mayor valor ambiental se le conoce como upcycling.
En sectores como el del transporte y el turismo han sido puestas en marcha diferentes alternativas que no demandan tanto gasto de energía, agua y materiales naturales. Tampoco aumentan los efectos del calentamiento global y la contaminación ambiental.
Por ejemplo, la marca Calfee Design produce bicicletas fabricadas con varas de bambú atadas con fibras de cáñamo y cubiertas de una resina ecológica de alta resistencia. El resultado es una opción de movilidad ligera, sólida y con bajos niveles de carbono.
El geoturismo, una tendencia relativamente nueva, es una manera amigable con el ambiente de viajar que enriquece el carácter natural de algún lugar: su atmósfera, cultura, estética y herencia histórica, así como el bienestar de sus residentes.
National Geographic creó una guía, el Centro de Destinos Sustentables, en la que se encuentran los lugares exóticos más sustentables para vacacionar, como los fiordos noruegos, el Kyoto antiguo y algunos parques nacionales de Australia y Nueva Zelanda, entre muchos otros.
La lista también incluye los destinos turísticos menos verdes, como la isla caribeña de St. Martin, la ciudad bíblica de Belén, la isla Grand Bahama y la región de Cabo San Lucas, en México.
Fuente: CNN