En 2011, el 15% de la población mundial se acuesta con hambre. Aunque parezca imposible, en el siglo XXI todavía 925 millones de personas sufren hambre crónica en el mundo, según datos ofrecidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Por otra parte, 1.500 millones de personas padecen sobrepeso, como se desprende del nuevo ‘Informe Mundial sobre Desastres’ elaborado cada año por la Cruz Roja. «Si el libre juego de las fuerzas del mercado redundó en que el 15% de la humanidad padezca hambre mientras un 20% tiene sobrepeso, algo va mal. La economía existe para la gente, no al revés «, escribe a modo de conclusión en el informe Bekele Geleta, secretario general de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR).
Esta vez, el informe se centra en el hambre y la malnutrición, ya que «el hambre es un desastre, y en Cruz Roja lo consideramos como tal», asegura Antoni Bruel, coordinador general de Cruz Roja Española, durante la presentación del estudio en la sede de la organización en Madrid.
Tres millones de niños menores de cinco años mueren por la desnutrición cada año, y 178 millones sufren retrasos en su crecimiento. «Este desastre no se debe a la falta de alimentos, es un problema de acceso», dice Antoni Bruel.
La alimentación bajo la ‘tormenta perfecta’
El sistema alimentario mundial se enfrenta a una ‘tormenta perfecta’ que tiene sus raíces en las sequías, inundaciones y demás consecuencias atribuidas al cambio climático. Pero el factor más destacable es el aumento de precio de los alimentos básicos.
«Tras 18 meses de relativa estabilidad el índice de precio de los alimentos aumentó más de un 30% en el segundo semestre de 2010, el de los cereales se disparó un 57%», precisa Bruel.
Este aumento se debe, entre otros factores, a la creación en la década de los 60 de los mercados de futuros de alimentos, un instrumento para la regulación de los precios que servía para «evitar las desviaciones de precios a largo plazo» y, sin embargo, es «un instrumento para todo lo contrario: especular con los precios de artículos de primera necesidad».
Además, el rendimiento agrícola aumentó notablemente este último año. El problema surge cuando está asociado a los biocombustibles: «No es un crecimiento agrícola que vaya a favor de las personas», asevera Bruel.
La buena noticia es que existen soluciones «grandes y pequeñas». Por poner un ejemplo, el coordinador general de Cruz Roja proponía que los Estados asuman la regulación de los precios agrarios: «No se puede especular con materias primas básicas. La especulación cuesta vidas».
Los alimentos en el ‘próspero Occidente’
Occidente tampoco se salva de la sombra de la malnutrición. «Donde creemos que no hay hambre, la hay». El estudio recoge que en Estados Unidos, el Departamento de Agricultura gastó cerca de 68.000 millones de dólares en cupones de alimentación para más de 40 millones de personas. Al mismo tiempo, el país soporta una enfermedad de proporciones epidémicas con un 26,7 % de la población adulta con obesidad, lo que lleva a la conclusión de Cruz Roja de que la ‘malnutrición’ es un fenómeno mucho más extendido que el hambre.
En la Unión Europea, uno de cada seis habitantes vive por debajo del umbral de la pobreza. De hecho, en España, Cruz Roja Española (CRE) se vio obligada hace tres años a reactivar sus programas de distribución de alimentos, que estaban prácticamente abandonados. CRE atendió a unas 700.000 personas proporcionandoles ayuda alimentaria, el 70% se encontraban en el paro.
Cruz Roja en el Cuerno de África
Durante la rueda de prensa de presentación del informe, el delegado de Cruz Roja Española en Kenia, Pablo Díez de la Lastra, ha advertido de que la actual crisis alimentaria en el Cuerno de África «no es nueva», pero sí ha llamado la atención internacional y «sale más en los medios» a causa de la situación de los refugiados somalíes y del conflicto de Somalia, «que es parcialmente una consecuencia de la extrema y permanente necesidad que sufre el Cuerno de África». Pablo Díez, que estuvo recientemente en Kenia, ha destacado que durante su estancia allí no consiguió ver «ni una vaca viva».
Según el delegado de CRE, 13 millones de personas están afectadas por el hambre y entre el 20 y el 25% de los niños sufren malnutrición en el Cuerno de África. «Se trata de la peor sequía de los últimos 60 años» y afecta no sólo a los cultivos, sino también a la ganadería de unas poblaciones en buena parte pastoriles.
A juicio de Pablo Díez, la respuesta internacional ha sido «tardía», pese a ser una «crisis anunciada». Pese a ello, ha precisado que Cruz Roja tiene la «firme esperanza» de que, además de las intervenciones humanitarias a corto plazo, «que salvan vidas», los Gobiernos, los organismos internacionales, las agencias humanitarias y la sociedad civil pongan en marcha «mecanismos permanentes» que refuercen las capacidades de las comunidades, mejoren su resistencia a las crisis e impidan que estas situaciones se vuelvan a repetir. «Los gobiernos, de las cantidades que prometen sólo cumplen con un 25%», se lamentaba Bruel, señalando la necesidad de mecanismos para asegurar las cifras de ayuda prometidas.
Cruz Roja Española ha recaudado alrededor de cuatro millones de euros para paliar la crisis alimentaria del Cuerno de África, muchos menos que los 45 millones que recibió por el terremoto de Haití, según explica Antoni Bruel.
Fuente: Elmundo.es
Por: Sergio Benítez.
Publicada: 22 de septiembre de 2011.