La moda rápida se encuentra en casi todas las plazas comerciales y aunque es económica y accesible, su impacto es sumamente negativo; como resultado la ONU calificó a la industria como una “emergencia medioambiental”.
Una emergencia medioambiental en las tiendas
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señaló que la moda rápida es una emergencia ambiental que debe ser atendida dado a su impacto negativo en el entorno y la salud.
Olga Algayerova, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa señaló que la industria de la moda debe cambiar la manera en la que produces las cosas y ser más responsable con el medio ambiente.
También resaltó que la moda rápida o la emergencia medioambiental, debe promover hábitos de consumo sustentables como una de las soluciones para reducir su huella en las comunidades y en el planeta.
Lamentablemente no es raro, que la industria textil sea catalogada como una de las que más contamina, ya que es responsable de generar el 20% de las aguas residuales que se generan a escala global y del 10% de las emisiones de dióxido de carbono que se lanza a la atmósfera; incluso este 10% es mayor al que producen los vuelos internacionales y el envió marítimo juntos.
Birgit Lia Altmann, otra de las analistas de la ONU, que también señaló a la moda rápida como emergencia medioambiental, confirmó que se requieren más de 10.000 litros de agua para producir un kilo de algodón, lo suficiente para producir tan sólo unos vaqueros, y que equivale al agua que consumo un humano en diez años.
Sumado a esto, medio millón de toneladas métricas de microfibras de plástico se desprenden durante el lavado de fibras como el poliéster y el plástico: material que termina en los océanos, mientras que alrededor del 85% de los textiles terminan en vertederos o son incinerados.
Otro efecto negativo de la moda rápida es que actualmente hay 52 micro-temporada a lo largo del año, lo que fomenta que los consumidores compren más prendas que duran la mitad de tiempo.
Unece comparte que, “el 90% de la moda es transportada mediante contenedores, pero esta etapa tan solo representa el 4% de las emisiones de dióxido de carbono de toda la industria. El 70% proviene de la producción, debido en gran parte al uso de fibras sintéticas procedentes del petróleo, mientras que otro 22% procede de los viajes de los consumidores para ir de shopping”.
¿Qué hace la moda rápida para reducir su impacto?
En el caso de la marca H&M adoptaron una iniciativa en la que invitan a sus consumidores a traer su ropa viaje y depositarla en los contenedores que se encuentran en sus tiendas.
Las piezas recolectadas son clasificadas en más de 350 categorías; las que están en buen estado y que aún se puedan utilizar, serán distribuidas mundialmente como artículos de segunda mano: las que no puedan reutilizarse se transforman en productos como paños de limpieza.
Hasta el momento la marca ha obtenido más de 40 mil toneladas de ropa y tiene el objetivo de reunir cerca de 25 mil cada año.