Daniel Craig es un actor Británico forjado en la National Youth Theatre y graduado de la Escuela Guildhall de Música y Drama de Londres, ha participado en múltiples proyectos cinematográficos y televisivos como La fuerza de Uno, El águila de Sharpe, Love is the Devil y Lara Croft: Tomb Raider, entre otras, aunque para muchos el es mejor conocido como James Bond, el espía de código 007 que dedica su vida a salvar el mundo.
Ahora, la Organización de las Naciones Unidas ha reclutado a este gran espía para eliminar explosivos de riesgo a través de un nombramiento como Defensor Global de Naciones Unidas para la Eliminación de las Minas.
«Como el agente 007, el señor Craig obtuvo licencia para matar, hoy le estamos dando licencia para salvar», señaló Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones unidas, quien recibió al actor en la sede de la organización y agradeció el uso de su alto perfil para hacer un llamado de atención para concientizar a la humanidad sobre la importancia de erradicar los explosivos dejados por las guerras alrededor del mundo.
Craig será enviado global durante los próximos tres años y durante ese tiempo llevará su habilidad de desactivar bombas directamente a la vida real. Esta misión es una de las acciones realizadas para conmemorar el décimo aniversario del Día Internacional para la Información sobre el Peligro de las Minas.
Por su parte, Daniel Craig subrayó que el uso de esos explosivos en Iraq, Somalia y Mali, así como el extenso uso de bombas de racimo en Siria, las minas remanentes en Camboya, Colombia y Afganistán, son problemas que deben ser abordados de forma simultánea y que la ONU requiere apoyo para garantizar la limpieza exitosa de las zonas minadas.
Así mismo, recordó que la existencia de estos materiales pone a la población en constante peligro y arrebata a millones de niños la libertad de jugar e incluso de recolectar alimento y transitar por las calles, por lo que necesitan del apoyo internacional para prevenir más muertes.
A través de un organismo especializado, la ONU impulsa la limpieza de campos de minas y otros explosivos peligrosos y educa a la población para mantenerse a salvo; además ofrece apoyo a las víctimas y trabaja en la eliminación de este arsenal distribuido en un total de 162 países. Tan sólo el año pasado, destruyó más de 400 mil unidades y 2 mil toneladas de munición obsoleta.
