Escrito por Verónica Mendoza
Al inicio de la pandemia la red se inundaba de Memes y buenas noticias; “Delfines nadando en Venecia”, “Se limpian los cielos mientras la humanidad se encierra”, “Resurgen especies que se creían extintas”, “La pandemia; el CEO que modernizó a la empresa para llegar al siguiente paso”, “Se avanza en telemedicina y educación a distancia”.
En fin; pareciera que por un momento dimos un salto agigantado hacia la innovación, rompimos paradigmas e incluso reestructuramos prioridades dando paso a las cosas importantes de la vida.
Pero ¿Qué pasó con los Objetivos del Desarrollo Sostenible?
Los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) son aquellos planteados en 2015 por los países miembros de la ONU para lograr poner fin a la pobreza, proteger al planeta y mejorar la calidad de vida de las personas de todo el mundo; antes del 2030.
Echemos un vistazo a cómo se ven algunos de estos objetivos después de la pandemia:
- En cuanto Pobreza y Hambre se refiere; una gran cantidad de personas perdieron su trabajo y de un día a otro se quedaron sin ingresos. Diario veíamos en las noticias a personas haciendo fila para obtener comida o alguna especie de apoyo; incluso en países desarrollados. Y en las calles ya era común observar gente cambiando sus cosas a cambio de comida.
- En términos del planeta y contaminación, un par de meses nos bastó para volver a lo de antes; si no es que peores condiciones. Entre los insumos de protección para COVID que usaron las personas en general; como guantes, cubrebocas, caretas, etc. Sin contar la gran cantidad de plástico que se incluía en los restaurantes o al ordenar a domicilio; los desechos no reciclables están a la orden del día.
- La educación de calidad disminuyó a pasos agigantados mientras que la explotación infantil aumentó; debido a que muchas niñas y niños en México no solo ya no iban a la escuela, sino que formaban parte de hogares en los que probablemente el ingreso es menor y necesitaban manos para recuperarlo.
- La igualdad de género sufrió de igual manera; el abuso doméstico subió rápidamente; y en los casos en los que no hay un abuso tan claro; en la gran mayoría de los hogares las mujeres cargaron con una mayor carga de las tareas del hogar, la educación de sus hijos; y quienes trabajan para alguna empresa; adicional mantenían las mismas horas o más.
- El objetivo de Salud y Bienestar también fue uno de los más afectados. No solo por todas las muertes que hubo por COVID. Sino por las implicaciones de no tener acceso a la salud :
Hospitales sobre saturados que no podían atender a nadie, personas que morían de un accidente de tráfico o una apendicitis por no poder entrar a quirófano, personas con alguna condición de salud “controlable” que por miedo o por falta de recursos no atendían a su cita médica o no conseguían medicamento y su condición se agravaba rápidamente.
¿Y detrás de lo que no se ve? Una baja en la donación de sangre
México ya ocupaba el último lugar en donación de sangre altruista en Latinoamérica antes de la pandemia; sin embargo a raíz de la pandemia la donación de sangre altruista bajó un 70%. Esto obviamente trae grandes consecuencias para las personas con cáncer, mujeres embarazadas en condición delicada, pacientes que requieran transfusiones regulares y personas accidentadas que requieren sangre; en las cuales unos segundos pueden hacer la diferencia entre vivir o morir.
Sin embargo, la donación de sangre altruista tiene grandes beneficios para ti como donante y con tu sangre puedes salvar hasta 3 vidas y existen muchos Bancos de Sangre a los que puedes acudir a donar sangre; y lo puedes hacer de 3 a 4 veces por año.
Ciertamente hay muchos mitos y miedos alrededor de la donación de sangre; pero si haciendo algo tan pequeño puedes crear un cambio gigantesco ¿No crees que vale la pena intentarlo?
Los problemas que la pandemia nos está dejando son retos grandes, difíciles de solucionar y en donde nuestras acciones del día a día parecen pequeñas, pero busquemos espacios en donde podemos formar parte del cambio y donar nuestra sangre debería ser uno de ellos. ¿Por qué no empezar hoy?
Verónica Mendoza es una apasionada de la Responsabilidad Social, desde joven ha pertenecido a distintas asociaciones realizando labor altruista y voluntariado, y cuenta con más de 6 años de experiencia en Responsabilidad Social; actualmente es Directora de Responsabilidad Social de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF). Estudió la Maestra en Responsabilidad Social y la licenciatura en Administración de Empresas. Cuenta también con un carrera en Danza que es su segunda pasión y en sus tiempos libres ha montado bailes, asesoría a mujeres jóvenes e instituciones que buscan profesionalizarse.
