Hay que decirlo, como ciudadanos, muchísimas de las campañas sociales nos pasan desapercibidas; esto sucede en gran parte porque el diseño de las mismas se ha tornado meramente informativo y no vivencial. Hoy en día, tanto en marketing como en responsabilidad social, si se quiere transmitir un mensaje, la vivencia es lo que importa.
En este contexto, llega este brillante BTL de Friends of the Earth, que busca crear conciencia sobre el problema de la polución y lo inminentemente cerca que lo tenemos; de hecho vivimos con él, lo respiramos, e incluso… nos lo tragamos.
Dentro de la polución están todas las partículas microscópicas sólidas y líquidas, de origen humano o natural, que quedan suspendidas en el aire durante un tiempo determinado. Dichas partículas tienen un tamaño, composición y origen muy variables; pueden presentarse en forma de cenizas volantes, hollín, polvo, niebla, gas, etc. Muchas de ellas son perjudiciales para la salud, sobre todo las partículas de tamaño muy reducido que pueden penetrar en los pulmones.
Las directrices actuales sobre la calidad del aire, dictadas por la OMS, describen las relaciónes entre la exposición a las partículas en suspensión y diversos efectos sobre la salud. Sin embargo, no recomiendan ningún valor límite de exposición. Existen nuevas evidencias científicas que aconsejan reconsiderar dichas relaciones y establecer acciones.
La conciencia, al menos, es una de ellas. Un campo fértil para acciones de responsabilidad social, especialmente para empresas que quisieran mitigar su huella ecológica o estén optando por energías limpias.