De acuerdo con la UNICEF, en el mundo al menos 152 millones de niñas y niños se encuentran sometidos al trabajo infantil, y casi la mitad de ellos vive situaciones de esclavitud, trata, trabajo forzoso o reclutamiento para conflictos armados.
En México, según cifras del Departamento del Trabajo de Estados Unidos, se calcula que la pandemia aumentará 5.5% la tasa de menores laborando, pasando de 3.1 millones en 2019, a 3.3 millones en 2022.
Las repercusiones del trabajo infantil son graves y pueden ir desde las físicas como el desarrollo de enfermedades, desnutrición, accidentes y abuso por parte de los adultos, hasta psicológicas, que incluyen el permanecer en un ambiente hostil provocador de estrés, baja autoestima y ansiedad.