Todo es una oportunidad.
Las crisis derivadas de fenómenos meteorológicos, por citar algunas, han traído devastación y muerte en muchas regiones de nuestro país, pero también el incremento del valor de la solidaridad y la concreción de nuevas estrategias para desarrollar comunidades.
La tromba que inundó Chihuahua en 1990 por ejemplo, conocida como el “sábado negro”, provocó casi 50 muertos, miles de heridos, desaparecidos y desplazados y miles de casas completamente inundadas. Se perdieron millones de pesos y se generó una incertidumbre colectiva que provocó temor, pero también coraje.
Como consecuencia de ello, además de una mejor planeación del gobierno en la materia, se pusieron en marcha conceptos innovadores que permitían que ciudadanos interesados participaran activamente en la reconstrucción. De hecho se integró un fideicomiso público, administrado por ciudadanos, a través del cual los empresarios aportaban una sobretasa de 10% en el impuesto estatal sobre nóminas y cuyo destino era generar recursos para la reconstrucción de la capital. El resultado fue contundente: en un año, la ciudad ya estaba de pie.
Pero fueron más allá.
Los empresarios de Chihuahua, viendo que el esquema a través del cual habían participado en acciones públicas había rendido frutos y conscientes de la gran cantidad de carencias que el estado tenía en temas básicos como la salud, la educación y el fortalecimiento de la ciudadanía, decidieron continuar con el esfuerzo de aportar una sobretasa del impuesto y aplicarlo, de manera organizada, en acciones de beneficio para su región. Así surgió la FECHAC (Fundación del Empresariado Chihuahuense, A.C.), que al día de hoy cuenta con las aportaciones de más de 30 mil empresarios de ese estado, mismas que han servido para financiar y desarrollar con su propia estructura operativa y en alianza con OSC regionales, más de 2 mil seiscientos proyectos sociales (con datos hasta el 2012), con una inversión de casi 1,400 millones de pesos.
Aunque no ha sido fácil la continuidad, dado que muchos gobernantes han recelado de esa iniciativa ciudadana y han pretendido poner obstáculos a sus actividades, al día de hoy la FECHAC despliega, de manera muy transparente, proyectos en las nueve grandes regiones del estado.
A partir de ahí el estado ya no ha sido el mismo, con ejercicios ciudadanos como ese y el del “Plan de Gran Visión de Juárez”, por ejemplo, en Chihuahua han logrado superar más que problemas meteorológicos como la tromba, también problemas de carácter social, como el de la seguridad o el repunte en su competitividad, como lo demuestran con las cifras de su crecimiento económico del 2013, situadas por encima del 5%, uno de los tres estados que más creció en el país.
En Nuevo León la historia es parecida.
A raíz del huracán “Alex” de 2010, se han detonado una serie de iniciativas ciudadanas que parecen estar dando en el blanco como en Chihuahua, pero que incluso van más allá.
En efecto, el “Consejo para la Reconstrucción” integrado por empresarios, académicos, líderes sociales y gobierno; así como la iniciativa de la RED-SUMARSE (Empresas Socialmente Responsables) por llevar a cabo acciones y aportar fondos económicos para solventar los daños materiales y reforzar el capital social, han logrado incidir en la maltrecha pero a la vez orgullosa sociedad neoleonesa que ha visto en los últimos años cómo problemas derivados de su infraestructura, pero también de la falta de capital social han culminado en severas crisis en materia de seguridad y competitividad.
Estas acciones de la sociedad civil en alianza con los gobiernos, han logrado que las condiciones cambien en sentido positivo. Hoy las condiciones de infraestructura de la zona metropolitana de Monterrey están mejorando y las acciones coordinadas entre sociedad y gobierno son una realidad. Pero ese ejercicio no se ha quedado sólo en las acciones operativas, incluso ha innovado en materia de políticas públicas y legislación. Por iniciativa férrea del “Consejo para la Reconstrucción”, recientemente fue promulgada la Ley de Planeación Estratégica de Nuevo León, que abroga a la anterior Ley de Planeación. En esta reciente ley se establece que un Consejo integrado en su mayoría por ciudadanos, organizaciones sociales, académicos y empresarios, desarrollará y vigilará que se cumpla un Plan Estratégico (de Gran Visión) con fuerza en la ley, que deberá ser atendido por los gobiernos estatal y municipales para formular sus propios planes, convirtiéndose ese estado en el primero en la República que sienta bases formales para una planeación sostenida ciudadana más allá de seis años, que generará certeza en los empresarios que deseen invertir o en los talentos que deseen mudarse a ese estado, lo que elevará, no hay duda, la calidad de vida de la región.
Parece que el binomio crisis-oportunidades da buenos resultados para que la integración de todos se convierta en modelo para el desarrollo.
¿De qué tamaño es la crisis que nos hace falta en los demás estados para despertar las oportunidades?
José Leopoldo Lara Puente
Candidato a Doctor por la Universidad Complutense de Madrid, España, Leopoldo Lara Puente es un Notario Público tamaulipeco que se ha distinguido por ser promotor del capital social y del ejercicio de los ciudadanos en las acciones públicas. Fundador de diversas organizaciones de la sociedad civil y empresariales, actualmente es editorialista de un periódico de su localidad, desde donde nos comparte sus propuestas y experiencia ciudadana.