Mucho se ha hablado sobre el cambio climático y de las consecuencias debido a esta problemática; la transformación de los ecosistemas y la pérdida de varias especies de animales, pero alguna vez te preguntaste si el cambio climático puede afectar la salud en las mujeres.
Aunque no lo creas, esto es cierto: Un reciente artículo en Epidemiología Ambiental publicado por Paul Villeneuve, profesor de salud ocupacional y ambiental en la Universidad de Carleton, afirma que las mujeres premenopáusicas están 30% más propensas de sufrir cáncer de mama debido al cambio climático, pues la contaminación del aire es una de las causas principales.
De acuerdo con esta investigación, es probable que el otro 70% esté relacionado principalmente con el medio ambiente, incluidos el aire, el agua y el suelo, los lugares donde vivimos, trabajamos y los productos que consumimos.
Un reciente artículo del portal Eco-Business, afirma que existen factores de riesgo conocidos como los antecedentes familiares, la edad, el sexo, el origen étnico y las hormonas.
Además de estos factores, el tema del cambio climático debería provocar una llamada de atención, ya que tendemos a pensar en el cáncer de mama como una enfermedad que ocurre en las mujeres que no supieron actuar con prevención, y no hemos considerado otras causas.
¿Lugar de trabajo y cáncer?
Aunque no lo creas, el lugar donde trabajas también puede influir en nuestra salud, un artículo publicado en New Solutions Journal, señala que las exposiciones en el lugar de trabajo como una causa de cáncer de mama en una mujer.
Un ejemplo…
Michael Gilbertson, ex biólogo del gobierno federal que estudió los efectos de los químicos tóxicos para la salud, y Jim Brophy, investigador de salud ocupacional, encontraron que podían inferir una relación causal entre el diagnóstico de cáncer de mama de la mujer y su alta exposición a la contaminación del aire, tal es el caso de las mujeres que trabajan en fronteras como el puente que conecta Windsor, Ontario a Detroit, Michigan.
Después de una larga investigación, se llegó a la conclusión de que en esa región se detectaron casos de cáncer de mamá a una velocidad hasta 16 veces mayor que en el resto del condado, y fue considerado un entorno con contaminantes que contienen cancerígenos conocidos como el benceno y los hidrocarburos aromáticos policíclicos.
Las mujeres en el estudio de Paul Villeneuve no son diferentes a las guardias fronterizas. Todos estos casos están relacionados con altos niveles de contaminación del aire y muchas otras mujeres enfrentan exposiciones a agentes cancerígenos en muchos entornos urbanos canadienses y lugares de trabajo con altos niveles de tráfico y contaminación industrial.
Cultura de prevención
La prevención a menudo provoca un debate, pero debemos hacer de ella una prioridad tan importante como la detección oportuna, mejores tratamientos y la búsqueda de curas, incluso se debe que echar un buen vistazo a todas las causas sospechosas.
También se necesita confianza en lo que la ciencia ya nos está mostrando sobre el papel de los peligros ambientales y laborales.
De hecho, la evidencia apunta a asociaciones entre numerosos contaminantes ambientales y un mayor riesgo de cáncer de mama, incluidos pesticidas, herbicidas, sustancias químicas sintéticas, sustancias químicas de alteración endocrina y emisiones de vehículos. Vivir y trabajar cerca de estas exposiciones, especialmente durante las ventanas vulnerables del desarrollo, pone a las mujeres en alto riesgo.
Algunas trabajos; como radiología, farmacéutica, atención médica, peluquería, trabajo con plásticos, manufactura, agricultura, trabajo como tripulación de líneas aéreas y extinción de incendios, también conllevan un mayor riesgo, sectores de empleo que los tienen miles de miles de mujeres en todo el mundo.
También se necesita una mayor conciencia y programas extendidos que se centren en estas causas ambientales y laborales, con el propósito de crear y hacer cumplir las políticas y establecer regulaciones que eviten dichas exposiciones.
Lo que realmente se debe hacer es un buen trabajo, para crear un futuro en el que nuestra buena salud no dependa por la exposición no regulada a fuentes cancerígenas. Y debemos implementar el principio de precaución: en comunidades, nuestros lugares de trabajo y en todo el planeta. ¿No crees?