Con el esfuerzo de muchos años, se ha ganado la reputación de ser un país serio y comprometido con el ambiente al evitar la deforestación y minimizar el cambio climático. Hoy, tras la aprobación por parte del parlamento de la reducción en las medidas de protección de los bosques, esta reputación se encuentra en manos del Senado y el presidente. “Estos cambios no son para beneficiar ni a la sociedad brasileña ni a la naturaleza; por el contrario, van en contra de los compromisos nacionales e internacionales del país y ponen en grave riesgo a la estabilidad climática”, afirmó Carlos Alberto de Mattos Scaramuzza, Director de Conservación de WWF-Brasil.
“Debido al beneficio económico y a los intereses particulares del sector privado, la Asamblea Nacional de Brasil ha propuesto dejar de lado las bases que nos han llevado a obtener grandes logros en la reducción de las tasas de deforestación”.
“El dramático aumento en las tasas de deforestación que hemos presenciado previo a esta ley nos muestra la magnitud de destrucción a la que Brasil se enfrentará si el Senado y el presidente aprueban las enmiendas al Código Forestal”. La aprobación de tales propuestas significaría que habría reducciones drásticas en la protección de las Áreas de Preservación o APPs que protegen tanto a los bosques como a otros ecosistemas en áreas delicadas como ríos, laderas de gran inclinación y cuencas elevadas. “Éstos son lo que protege a nuestros mantos freáticos y a los corredores biológicos de la erosión y las grande inundaciones”, continuó Scaramuzza.
Las reducciones, además, se aplicarán también en el área del uso sostenible de los bosques; esto es muy serio pues la silvicultura sostenible ayuda a reducir las emisiones que contribuyen al cambio climático. “Los cambios, que fueron aprobados el 24 de mayo 2011, podrían ser tan sólo el principio de medidas más drásticas que continúen mermando el cuidado y protección de los bosques”.
WWF-Brasil espera que el Senado represente los intereses legítimos de la sociedad brasileña y el papel que desempeña el país en la Comunidad de Naciones. Por su parte, se espera también que la Presidenta Dilma Rousseff no dañe la reputación de su predecesor. Sería vergonzoso que Brasil recibiera a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Rio+20) con estos cambios causando estragos a lo largo del Amazonas.
La opinión de Denise Hamú, CEO de WWF-Brasil:
“El martes 24 de mayo, durante la votación por la Ley Forestal de Brasil en la Cámara de Diputados, Brasil tuvo la mala fortuna de estar representado por un gobierno que vivió un momento de debilidad en el Congreso Nacional debido a la gran participación de los grupos agroindustriales”.
“Brasil quiere y está posicionado para ser un líder global; no obstante, el mensaje que se ha enviado al mundo con este voto es que el país no está cumpliendo con sus deberes. Lo que Brasil podría lograr en términos de potencial y aspiraciones para contribuir a una economía verde está siendo afectado por la realidad”
“El voto en la Cámara de Diputados fue sólo un paso. WWF-Brasil seguirá comprometido con la tarea de ejercer presión en el Senado. Esperamos que el Senado elija a un secretario que esté a la altura de la complejidad y sensibilidad de este asunto y que sea competente e imparcial. De igual manera seguiremos buscando la participación de la sociedad.”
“Estamos seguros de que la Presidenta Dilma Rousseff, en caso de ser necesario, ejercerá su poder de veto para cumplir con sus compromisos con la sociedad brasileña respecto a la protección ambiental y con la comunidad internacional en cuanto a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la conservación de la biodiversidad.
Fuente: Comunicado de Prensa
