Si se pensaba que la responsabilidad social era exclusiva de las grandes empresas, éste es un extraordinario ejemplo de lo contrario. La Cooperativa Nacional de Comerciantes en movimiento del Bosque de Chapultepec —leáse vendedores de alimentos, souvenirs, juguetes, etc.— en una acción de responsabilidad social, generaron estos «rústicos» pero muy funcionales botes de basura para recibir exclusivamente botellas de PET. Estos envases se consumen masivamente en México —cada hora alrededor de 200,000 unidades— y se desechan con el resto de la basura erróneamente, pues son 95% reciclables.
Con esta acción, los comerciantes (con acciones individuales y colectivas) no sólo mantienen limpia su área de trabajo y apoyan al medio ambiente, sino que respaldan su licencia social y mejor aún, su relación con uno de sus stakeholders más importantes: el gobierno de la Ciudad de México.
¿Quién dice que la rentabilidad de la RS no puede hallarse en un bote de basura hecho de botellas usadas y un poco de alambre?