La Responsabilidad Social reafirma su aceptación y reconocimiento a nivel internacional, según interpreto por el reporte “Corporate citizenship: Profiting from a sustainable business”, elaborado por “The Economist Intelligence Unit”, de la revista del mismo nombre, publicado el pasado mes de noviembre del 2008.
El informe en su inicio señala que la Ciudadanía Corporativa está incrementando su importancia en la sustentabilidad de las empresas, al obtenerse beneficios tangibles como la reducción de desechos e incremento en la eficiencia energética, y otros de tipo de beneficios intangibles pero igualmente importantes como el incremento en la productividad del personal.
Debo decir que me dio gusto encontrar este reporte por parte de esta reconocida publicación, que con ello reafirma su posición planteada en enero del 2008, cuando dijo que la Responsabilidad Social es “sencillamente un buen negocio”; modificando aún más su posición con esta última publicación a la señalada en el 2005, cuando calificó a la Responsabilidad Social como un gasto superfluo.
Ahora reconoce plenamente su importancia, lo eficaz y rentable que es para la empresa y para la sociedad en general.
Específicamente, en su estudio menciona que empresas como DuPont, 3M y SC Johnson, se han percatado que la Ciudadanía Corporativa es un recurso para adquirir ventaja competitiva, encontrando nuevas oportunidades de negocio ante la necesidad de hacer productos menos contaminantes y ser más eficientes en su forma de operar (haciendo las cosas de manera correcta).
En forma resumida menciona que son básicamente cuatro lecciones que pueden aprenderse de estas empresas mencionadas y otras más: liderazgo en todos los niveles de la organización; compromiso del personal; mecanismos de control eficaces para medir los avances propuestos, y asociación con organizaciones públicas y privadas.
En esta serie de medidas a tomar en cuenta, es importante mostrar los beneficios económicos para la empresa, al realizar actividades dentro del marco de la Ciudadanía Corporativa, lo cual muestra una vez más, que no se trata de altruismo, sino de generar un mecanismo de ganar-ganar con los accionistas de la empresa, los empleados y con la sociedad en general.
El reporte menciona como las empresas antes mencionadas, conjuntaron la mejora y/o innovación de sus productos, con la eficiencia en el uso de sus recursos; logrando mejorar su rentabilidad y su ventaja competitiva, mostrando claramente que no hay una divergencia entre la Responsabilidad Social y la rentabilidad.
Concluye diciendo que para ser un ciudadano corporativo, las empresas deben integrar la ciudadanía corporativa a sus objetivos principales, identificar los retos que existen y establecer metas que sean de beneficio público, además de tener documentadas todas las actividades para el cumplimiento de dichas metas.
Con este tipo de reportes elaborados, se muestra lo que considero un movimiento silencioso pero constante a un radical cambio de paradigma, en el cual la empresa toma una nueva dimensión; de ser considerada un instrumento que genera utilidades solo para sus accionistas, para convertirse en una institución que beneficia a sus grupos de interés (stakeholders), a la sociedad en general, y es rentable para sus accionistas.
Antonio Rey Tamayo Neyra
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, y actualmente estudiando la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña. Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. En los pasados 19 años hasta la fecha, colaborando en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de haber escritor para otros medios durante este mismo tiempo. Adicionalmente se ha dedicado también a la consultoría y capacitación en relacionales laborales desde hace 18 años, trabajando para diferentes empresas en todo México. De siete años a la fecha, involucrado en el tema de Responsabilidad Social, realizando varios proyectos editoriales, y estudiado un diplomado al respecto coordinado por el Tecnológico de Monterrey, Cemex y el Banco Mundial, y un curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña.