El pasado 16 de Julio el gigante del retail Wal-Mart, el tercer conglomerado más grande del mundo (Fortune 500) con una facturación cercana a los 400.000 millones de dólares americanos al año y que además acaba de hacer su ingreso al mercado chileno a través de la toma de control de D&S, hizo un anuncio que puede a mediano plazo dar un impulso potente a las políticas y prácticas de responsabilidad social y sustentabilidad, siempre y cuando pueda concretarse en la práctica de manera real y consistente más allá de las declaraciones o las buenas intensiones.
Pero, a qué se refiere específicamente el anuncio? Wal-Mart planea medir la sustentabilidad de cada producto que vende en sus tiendas, mediante el desarrollo de un Índice específico que entregue información sobre los atributos sociales y ambientales de dichos productos, que a su vez será expuesta en las etiquetas tal como en la actualidad se ven las propiedades nutricionales.
Según Mike Duke, presidente del conglomerado “Los clientes desean productos más eficientes, de mayor duración y que funcionen mejor. Igualmente quieren mayor información sobre el ciclo de vida del producto para sentirse satisfechos cuando lo compran. Desean saber que los materiales con que está hecho son seguros, que su manufactura es la correcta y que fue fabricado de manera responsable”.
Video de Mike Duke anunciando el Índice de Sustentabilidad (inglés y portugués)
Esta declaración responde a una tendencia global, donde efectivamente los consumidores están interesados en atributos que antes no se consideraban, pero ¿cómo piensa Wal-Mart responder a esta nueva realidad? Según la compañía americana, desarrollará su iniciativa en 3 fases:
1. Aplicación de una encuesta a más de 100.000 proveedores a nivel mundial, con el objetivo de que sean estos mismos quienes midan las políticas de sustentabilidad de la compañía en las áreas de energía; eficiencia de materiales; uso de los recursos naturales y trabajo con comunidades. (Puede descargar la encuesta aquí). La encuesta pretende transparentar la cadena de proveedores y detectar las brechas existentes entre lo que es deseable en materia de sustentabilidad y lo que realmente sucede.
2. Creación de un consorcio de Universidades, que colaborará con proveedores, puntos de venta, ONG’s y gobiernos, para desarrollar una base da datos global de información sobre el ciclo de vida de los productos (ver aquí).
3. Finalmente, se desarrollará un índice que refleje la información de las etapas previas y que otorgue una calificación numérica de sustentabilidad de cada producto.
Sin embargo, más allá del lanzamiento de esta iniciativa, que sin duda viene a cambiar las reglas del juego en el tan cuestionado mundo del retail, y que sentará un precedente definitivo sobre la importancia de las prácticas responsables y sustentables, quedan muchas cuestiones de orden práctico a las cuales Wal-Mart deberá responder, cómo por ejemplo:.
¿Cómo se aplicará esta iniciativa en Chile?, El mercado chileno fue golpeado no hace mucho por la toma de control por parte de Wal-Mart de la nacional D&S, operación que trajo consigo incertidumbres sobre como las políticas de la corporación global afectarán de manera práctica a los consumidores nacionales. Por otro lado, el desarrollo de este índice se convierte en una más de las inquietudes, especialmente pensando en los criterios con que éste se aplicará, tendrá adaptaciones que incorporen la realidad nacional o seguirá patrones de consumo de Estados Unidos?.
Otro cuestionamiento fundamental se refiere a cómo Wal-Mart utilizará la información que recolectará de las encuestas que realice a sus proveedores, por qué esta pregunta?, porque puede darse el caso que aquellos proveedores que no cumplan con altos estándares de calidad podrían quedarse fuera de mercado, en el caso chileno, los proveedores son en buena medida pequeñas y medianas empresas, por ende Wal-Mart debiera definir como promoverá el crecimiento de cada uno de sus proveedores y como los incorporará a una cadena de suministros responsable, que no castigue sino que fomente la aplicación de mejores prácticas ambientales y sociales. Las herramientas para esto no son visibles aún y deben explicitarse para no generar expectativas sobredimensionadas y/o miedos sin fundamento.
Finalmente, surge la duda de cómo Wal-Mart incorporará aquellos aspectos que evaluará de sus proveedores a su gestión interna, dado que en más de una oportunidad ha sido una compañía cuestionada por prácticas de responsabilidad social corporativa, aduciéndose por ejemplo que la política de precios bajos siempre genera impactos sociales y medioambientales debido a que los costos asociados a estos aspectos son eliminados en virtud de alcanzar precios finales competitivos; un buen ejemplo de estos cuestionamientos está dado por la organización Wal-Mart watch que centra todos sus esfuerzos en vigilar a la transnacional (Ver su sitio web). La coherencia que pueda demostrar Wal-Mart entre lo que califique su índice y lo que demuestre internamente puede ser clave en la credibilidad final del índice.
Sería posible seguir planteando muchas preguntas sobre cómo se desarrollará en la práctica el proceso de etiquetado que pondrá en práctica el índice, como si será obligatorio para convertirse en proveedor?; como se balanceará el consorcio que generará la metodología del índice Tendrá representación balanceada de los distintos grupos de interés o solo responderá a los objetivos corporativos?; y quizás una de las más importantes dudas radica en que nivel de poder le entregará este Índice a Wal-Mart para determinar que productos son sustentables y cuales no y de esta manera decidir la suerte de muchas empresas o quizás obtener una posición aún más dominante en el mercado del retail?.
Pese a que aún esta iniciativa aparece como embrionaria y genera muchos cuestionamientos, una cosa es importante reconocer, es una estrategia audaz y visionaria que de ser exitosa realmente puede provocar una revolución en la formas de producción y consumo que existen en la actualidad, incorporando la sustentabilidad de manera real en la vida de muchas personas, fortaleciendo la transparencia y la capacidad de discriminación a la hora de elegir por parte de los consumidores.
Por lo tanto ahora que la iniciativa está lanzada y las expectativas generadas, no queda otra opción que estar atentos, realizar el seguimiento, exigir el cumplimiento de los compromisos y esperar por los resultados.
Licenciado en Geografía de la Universidad de Chile, Magíster en Estudios Internacionales y Desarrollo de la Universidad Autónoma de Barcelona, Diplomado en Desarrollo Local del CEMCI (España), con vasta trayectoria internacional como Director de Asuntos Internacionales, Secretario Ejecutivo, Analista de Coyunturas Económicas y Políticas, y Responsable de Desarrollo Local y Relaciones Internacionales, de diversas instituciones en Chile y España especializadas en Responsabilidad Social Empresarial y Sostenibilidad.
En la temática de RSE y Sostenibilidad, ha sido experto Chileno en el Proceso ISO 26000, participado en la elaboración de las Guías High 5! Y G3 del Global Reporting Initiative, efectuado consultorías en múltiples empresas tanto en Chile como en el resto de América. Además ha realizado trabajos de investigación sobre la RSE a nivel Global y participó activamente en la creación de la Red InterAmericana de RSE de la cual fue su primer Secretario Ejecutivo.
En el ámbito académico ha impartido clases de diversos cursos, diplomados y Magister de la Universidad Católica de Valparaíso (realizados en Chile y el extranjero) y Andrés Bello, en las temáticas de Responsabilidad Social y Sostenibilidad. Al mismo tiempo fue docente en los programas académicos del Pacto Global Chile y fue el encargado de desarrollar e impartir los Cursos para Consultores del CEMEFI. Actualmente Nelson se desempeña como Consultor Senior de BSD Consulting, consultora especializada en Sostenibilidad (www.bsd-net.com).