La pobreza no se debe combatir con asistencialismo, se debe dar a la gente mecanismos para que puedan salir de su condición. Son palabras de Gustavo Pérez Berlanga, Director de Responsabilidad Social de Toks y el responsable de uno de los modelos de negocios inclusivos más interesantes de México.
Coordinar Proyectos Productivos o negocios inclusivos —señala Pérez Berlanga— es una actividad de tiempo completo, no sólo por todos los viajes que continuamente hay que estar haciendo, sino porque cada comunidad tiene diferente cultura y por ende, distintas formas de pensar, de trabajar, de comprender la calidad. Es muy diferente trabajar con los tarahumaras que hacerlo con los huicholes; es decir, cada comunidad tiene sus propios usos y costumbres muy particulares; su denominador, por desgracia, son casi siempre las mismas condiciones de pobreza, olvido y poca preparación. No obstante, esta misma gama de usos y costumbres abre un abanico de posibilidades de acción enorme ya que no hay una comunidad igual a otra.
Los negocios inclusivos y la RSE deben ser rentables; las iniciativas deben estar insertas en la estrategia del negocio, en el core. Si se vende un chocolate que es virtuoso por provenir de un negocio inclusivo pero a la vez es capaz de competir con los mejores del mundo, se mantiene por sí mismo. En cambio si la RS se queda en cuestiones asistenciales, está sujeta a los vaivenes de la empresa.