Ya han pasado unas semanas desde año nuevo. Si aún no lo has hecho, todavía estás a tiempo de pensar en tus objetivos y oportunidades para la responsabilidad social empresarial (RSE) en 2018.
Muchas cosas pasaron en 2017. México nunca olvidará ese año por el terrible terremoto que transformó la vida de muchas personas. En Estados Unidos, la fuerza de «The Silence Breakers» que engendró el movimiento #MeToo cambió radicalmente la forma en que la sociedad trabaja y vive.
Muchos de los acontecimientos del año pasado pusieron a prueba el compromiso de las epresas para con su entorno y cambiaron el papel que deben desempeñar para avanzar y enfrentar los desafíos sociales y globales. Los consumidores se encargaron de dejar en claro, a través de las redes sociales y sus billeteras, que las compañías que están en el lado equivocado de los problemas actuales deberían esperar reacciones negativas e incluso boicots. La RSE ya no es opcional, los consumidores lo han definido así y las empresas lo saben.
Investigaciones de diversas fuentes muestran que el público espera que las empresas tomen postura sobre cuestiones sociales y ambientales que consideran importantes, como el calentamiento global, el empoderamiento de la mujer y la lucha contra la discriminación. Así mismo, se espera que actúen con base en principios sólidos cuando se trata de resolver los desafíos sociales y ambientales más apremiantes de la sociedad. Todo esto se está convirtiendo en un imperativo social para la RSE en 2018.
Huffington Post cuestionó a varios especialistas en sustentabilidad acerca de lo que nos espera de la RSE en 2018. Sus respuestas pueden enseñarte mucho sobre las tendencias n esta materia, así que nosotros te las compartimos a continuación.
Scott Beaudoin es el presidente de grupo de ACTIO, la nueva compañía corporativa y de marca de Fenton. Él declaró: «En 2017, vimos en aumento el movimiento de personas que exigen más de los poderes fácticos y un llamado a la participación, incluso a la resistencia. Las marcas que apoyaban el cambio que la gente buscaba fueron recompensadas con expresiones de solidaridad. Con posibles cambios radicales en los programas sociales y subsidios gubernamentales en muchos países, se esperará que cada vez más las empresas tomen posturas sobre cuestiones sociales y hagan oír su voz colectiva. Atrás han quedado los días en que los corporativos pueden esconderse de los temas controvertidos en sus mercados. Alguien preguntará y todos estarán observando».
Se esperará que cada vez más las empresas tomen posturas sobre cuestiones sociales y hagan oír su voz colectiva.
Por su parte, Alison DaSilva, vicepresidenta ejecutiva de Cone Communications, dijo: «Me gusta pensar en el 2017 como un gran año en el mundo de la responsabilidad social corporativa porque, hasta ahora, las empresas solo se enfocaban en las prácticas comerciales y en ser un buen ciudadano. Lo que está en juego es mucho más grande, y todas las partes interesadas están buscando empresas que vayan más allá de su huella transaccional y desempeñen un papel más profundo en la sociedad.
Los stakeholders están buscando empresas que vayan más allá de su huella transaccional y desempeñen un papel más profundo en la sociedad.
Se espera que las compañías tengan una opinión, una voz y defiendan las cosas que no son centrales en sus esfuerzos de responsabilidad.
Contrario a lo esperado, 2017 fue también el año de las mujeres. El empoderamiento de la mujer ha pasado de ser una forma de generar confianza y estima, a un camino para alcanzar la equidad. Las mujeres están mucho más dispuestas a levantar la voz por sus derechos, se saben poseedoras de poder y ahora estás dispuestas a ejercerlo en favor de las minorías.
En 2017 vimos también compañías que abogaban por la justicia social y la igualdad de género; hubo muchas cosas buenas, pero también empresas que entendieron el tema terriblemente mal. Hubo una desconexión entre estas empresas, sus campañas de marketing e inversiones centradas en la igualdad de género, y sus prácticas comerciales reales en los niveles ejecutivo y de gestión».
Clifford Yee, director ejecutivo de Servicios de RSE de Raffa dijo que: «Lo más importante que he observado en 2017 ha sido el cambio de hablar sobre RSE y sobre el impacto social en múltiples sectores. Nosotros mismos y nuestros clientes buscamos formas de aprovechar las inversiones en programas de impacto social para generar más valor comercial».
Agregó que los programas de RSE no solo se limitan a mejorar las relaciones públicas y la reputación de la marca, fomentar una mayor participación de los colaboradores o garantizar cadenas de suministro flexibles, sino que se han convertido en una parte importante de la estrategia de muchas empresas como una forma de proteger y generar valor a largo plazo.
«Los millennials en la fuerza de trabajo sin duda han ayudado a amplificar las expectativas en torno a la RSE, pero la transparencia y la velocidad con que se puede compartir la información a través de las redes sociales está impulsando la responsabilidad y transparencia de las acciones empresariales y las culturas corporativas», destacó.
Marc DeCourcey, vicepresidente sénior de la Fundación de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos: «En 2017 se nos recordó que, cuando ocurren los desastres, las empresas dan un paso adelante. El sector privado tuvo, y todavía tiene, un papel vital en los esfuerzos de socorro y recuperación después de los huracanes Harvey, Irma y María, así como del terremoto en México y los incendios forestales en California. Al invertir su tiempo, talento y dinero, las empresas de todos los tamaños están ayudando a garantizar que estas comunidades se reconstruyan para volverse más fuertes y más resistentes. Hasta la fecha, el sector privado ha contribuido con más de 383 millones dólares en efectivo y bienes en especie cuantificables en respuesta a los huracanes Harvey, Irma y Maria».