La pandemia derivada de COVID-19 ha dejado graves secuelas en la economía y en la sociedad global. En la mayoría de los países, los sistemas de salud no estaban financiados de forma adecuada, por lo que la crisis sanitaria ocasionó diversos problemas en ámbitos sociales que las naciones no tenían la capacidad de solucionar.
De inicio se le dio prioridad a resolver el tema de salud para posteriormente enfocarse en las crisis económicas y sociales. Cantidad de personas fueron despedidas de sus trabajos o se vieron en la necesidad de cerrar sus negocios. Aunado a ello, la educación no se impartió de forma equitativa, los niveles de pobreza se elevaron y los trastornos psicológicos comenzaron a aumentar como consecuencia del aislamiento.
Hasta el momento resulta incierto cuál será el alcance que van a tener las consecuencias que trajo la pandemia, pero lo que es seguro es que para solucionar los daños se requiere el apoyo y la colaboración de la iniciativa privada, gobiernos y sociedad civil.
Para hablar de la situación y de los retos que enfrenta la sociedad global en la actualidad, la Escuela de Negocios Internacionales de la Universidad Señor de Sipán en Perú ha realizado del 18 al 22 de octubre el evento Business Reinvention in times of crisis de forma virtual, al cual se podrá acceder durante esas fechas por medio de un registro en la página de la universidad.
Sustentabilidad: solución en tiempos de crisis
Como parte de este evento, el Lic. Julián D’ Ángelo, director ejecutivo del Centro Nacional de Responsabilidad Social Empresarial y Capital Social de la Universidad de Buenos Aires, impartió la conferencia Sustentabilidad corporativa en tiempos desafiantes en la que habló acerca del papel que juegan las empresas en la solución de problemas sociales.
D’Angelo declaró que la empresa como institución ha dejado de ser exclusivamente del ámbito económico, ya que en los últimos años ha tenido una mayor participación y responsabilidad en las cuestiones sociales. Esto no solo responde a sus accionistas sino también a toda su cadena de valor, a sus stakeholders, consumidores, comunidad, organizaciones civiles y gobiernos.
De igual forma, explicó que gran cantidad de empresas globales (como Facebook, Amazon o Apple) tienen mayor capacidad financiera que varios países subdesarrollados, por lo que muchas veces les es más sencillo ayudar a la sociedad y aportar a la solución de problemáticas relacionadas con el medio ambiente.
La mayoría de las personas confían más en las empresas que en los gobiernos
Asimismo, D’Angelo, compartió datos del estudio Edelman Trust Barometer 2021 realizado por la consultora Edelman (una de las más importantes del mundo desde el año 2000), el cual presenta los resultados de encuestas realizadas en 27 países acerca de la confianza que tiene la sociedad hacia las empresas, gobiernos, medios de comunicación y organizaciones civiles.
En la encuesta global participan cuatro países de América Latina: Argentina, Brasil, Colombia y México; y de acuerdo con los datos, estos confían más en las empresas que en sus gobiernos:
- Argentina: 56%
- Brasil: 61%
- Colombia: 63%
- México: 71%
En cuanto al promedio global las cifras, demuestran que el 61% confía en las empresas, mientras que las demás instituciones que son tomadas en cuenta en la encuesta están por debajo del 50%.
Empresas con responsabilidad social y ambiental
Continuando con datos recabados en el documento, el 64% de la población cree que las empresas pueden llevar a cabo acciones para su propio beneficio al mismo tiempo que acciones para mejorar las condiciones de la sociedad.
El 68% de la población mundial asegura que los ejecutivos deben intervenir cuando los gobiernos no arreglan los problemas sociales, incluso plantean que deben tomar la iniciativa en lugar de esperar a que el gobierno realice algún cambio.
El licenciado D’Angelo afirmó que todavía hay muchas empresas que no toman en cuenta su labor para la sociedad y el medio ambiente, y continúan utilizando el modelo económico lineal el cual provoca graves consecuencias al planeta, es ineficiente y no es sostenible.
Según el Foro de Davos, este modelo extrae aproximadamente 65 mil millones de toneladas de materias primas al año de las cuales el 80% termina en desechos, “se trata de un crimen ambiental” que implica la pérdida de 2,5 trillones de dólares anuales. Por lo que D’Angelo hace el llamado a realizar la transición hacia una economía circular.
La responsabilidad social y ambiental por parte de las empresas (y de todas las esferas sociales) dejó de ser algo voluntario y se transformó en una obligación, ya que solo a través de estos principios se podrá hacer frente a las problemáticas económicas, sociales y ambientales que enfrenta la humanidad.
José Alberto Sánchez Nava.