Entrevista: con Ana Pastor, responsable de política sanitaria del Partido Popular
Ana Pastor (Cubillos, Zamora, 1957) cree que el sistema nacional de salud vive una situación de dificultad «sin precedentes». La coordinadora de política sanitaria del PP acusa al Gobierno de dejar de lado la sanidad. Es cauta con su pronóstico de las elecciones de 2012, pero habla de reformas a fondo con convicción. Como si su partido fuese a gobernar mañana. Pastor, exministra de Sanidad (2002-2004) y licenciada en Medicina, se muestra en contra del copago sanitario. Una medida «injusta», que Italia, asfixiada por la deuda, pondrá en marcha.
Pregunta. ¿Cuál es su diagnóstico de la situación actual de la sanidad pública?
Respuesta. Tenemos un buen sistema sanitario, con unos grandes profesionales. Y público, para todos, con independencia de nuestra renta. Pero tiene un problema importantísimo: una deuda de 15.000 millones de euros. Lo más importante y urgente es dotarle de financiación suficiente. Pero necesita además reformas estructurales para hacerlo sostenible, porque está pensado para atender a ciudadanos más jóvenes y con patologías agudas y debe reorientarse para atender a una población más envejecida y con un patrón epidemiológico en el que priman las patologías crónicas.
P. Habla de una deuda de 15.000 millones. ¿Cómo desglosan esa cantidad?
R. Por la diferencia entre el dinero presupuestado y lo realmente gastado. Para que los ciudadanos lo entiendan: hay muchas facturas sin pagar.
P. También en las comunidades del PP.
R. No se debe mirar para otro lado. A lo largo de casi ocho años de Gobierno socialista no se ha querido ver el problema. En la conferencia de presidentes de 2005 ya le dijimos al Gobierno que la financiación de la sanidad no se arreglaba con 500 millones y anticipos de caja. Y de aquellos polvos, estos lodos. Por aquella falta de previsión se ha acumulado la deuda hasta que hemos llegado a una situación en la que el sistema sanitario está en un escenario de una dificultad sin precedentes.
P. ¿El Gobierno no ha dedicado suficiente al sistema?
R. No le ha importado la sanidad, para Rodríguez Zapatero ha sido una maría. Desde quitarle al ministerio las competencias en investigación biomédica, no apoyar a los profesionales sanitarios, ni planificar los recursos; hasta lo más grave, que no se hayan preocupado de lo más importante, la sostenibilidad, que la sanidad tenga recursos suficientes.
P. Dijo que con los 8.000 millones de euros prometidos para sanidad por Rubalcaba no hay ni para empezar. ¿Cuánto se necesita?
R. Yo recomiendo hablar de lo que se sabe, e interpelo al señor Rubalcaba a que diga por qué 8.000 y no 15.000 millones. Pedimos al Gobierno que actúe con responsabilidad y haga frente a la deuda que ha generado por falta de previsión y diagnóstico y ello nos ha conducido a una crisis económica y social sin precedentes.
P. ¿Cuando ustedes gobernaban no había deuda?
R. Cuando el PP gobernó duplicó el presupuesto sanitario, y pasamos de una cantidad per cápita de unos 500 euros por persona y año a 1.000. Hizo una buena política económica que hizo posible mayor gasto en sanidad. Ese esfuerzo no se ha dado con el Gobierno socialista.
P. ¿Qué proponen para arreglar la situación actual?
R. Para el PP la sanidad, la dependencia, la educación y las pensiones son sagradas. Preservaremos el Estado de bienestar, que todos pagamos. Especialmente la sanidad, porque no elegimos estar enfermos. Trabajamos en un programa económico sólido, porque con una economía que crezca se puede tener un sistema de salud con cuatro características: sostenible en el tiempo; con una cartera de servicios básica común para todos; incentivador para los profesionales y donde la investigación biomédica tenga estabilidad y no se politice.
P. ¿Si llegan al Gobierno se le dotará de más financiación?
R. Nos comprometemos a tener un sistema sanitario bien financiado. También con reformas estructurales para que sea eficiente y eficaz.
P. ¿Es problema de financiación o de gestión de lo que hay?
R. De ambos. Hay que hacer reformas. Debe haber una historia clínica única completa que haga posible que los españoles seamos atendidos en cualquier lugar del país. También una receta electrónica común y única, que evite que se haga un uso no racional de los medicamentos. Crearemos en cada hospital unidades clínicas con autonomía de gestión para que los ciudadanos puedan realizarse las pruebas diagnósticas e indicación de tratamiento, si es posible, en un solo día. No hay enfermedades, hay enfermos. Y reformaremos la atención primaria para que sus profesionales puedan acceder a tecnología diagnóstica, y los ciudadanos resuelvan muchos de sus problemas en los centros de salud.
P. España es uno de los países en que más se va al médico. ¿Se abusa o el sistema obliga?
R. La Administración sanitaria tiene un problema de gobernanza. Los ciudadanos, a veces tienen que ir a un centro sanitario ocho días distintos a hacerse pruebas que podrían completarse en uno. Tenemos que hacer posible que los profesionales sanitarios tengan autonomía en la organización. Dar autonomía a cambio de responsabilidad.
P. Usted ha rechazado el copago. Pero algunas autonomías del PP, y la FAES, lo han estudiado.
R. El PP, y yo como responsable de política sanitaria, nos hemos manifestado muchas veces contra el copago en la sanidad, que los ciudadanos ya pagan con impuestos. Le doy tres motivos: porque nadie elige estar enfermo; porque quien habla de copago desconoce las reformas que se pueden hacer en el sistema para hacerlo más eficiente; y porque el copago es la medida más injusta que conozco. Solo les faltaba a los pensionistas que la falta de responsabilidad del Gobierno socialista les haga pagar los platos rotos. Quien defiende el copago pretende castigar a los enfermos. Lo que hay que hacer es fomentar el uso racional de los recursos.
P. ¿Qué le parece la factura en la sombra?
R. Es una buena idea. Los ciudadanos son maduros y deben conocer el coste de los servicios, también en los medicamentos. Le pido al Gobierno que derogue la ley del medicamento que puso en marcha Elena Salgado, que eliminó de los envases de los fármacos su precio; y, lo que es aún más relevante, derogó una medida fundamental: que los precios de referencia entraran en vigor de forma automática, lo que ha impedido el ahorro de 1.500 millones de euros al año. Un punto que mañana defiendo en las Cortes.
P. ¿Reducirían prestaciones?
R. No, trabajaremos en evaluar la efectividad clínica de la tecnología y los fármacos, y en que su coste sea proporcional a esa efectividad. Para ello reformaremos la Agencia Española del Medicamento y la uniremos a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria. Y además buscamos que la Agencia de Calidad mida la calidad del sistema, la efectividad de la incorporación de nuevos fármacos y tecnologías; y no solo los indicadores estructurales, también los de proceso y resultados.
P. ¿Cree que el presupuesto para sanidad debería ser finalista?
R. Lo que tiene que ser es suficiente. Y estable. Zapatero cambió el sistema de financiación, pero olvidó decirle a los españoles que tenía un modelo nuevo pero no dinero. Lo que necesita es recursos económicos para financiarla. Esa es la clave.
P. ¿Es partidaria de subir los impuestos para incrementar la financiación? ¿Y de dedicar los del tabaco o alcohol a sanidad?
R. Los socialistas creen que se arregla el mundo subiendo impuestos. Pero el PP tiene un proyecto económico sólido que permitirá generar más ingresos, incluso bajando impuestos. El Gobierno no ha tenido reparo en gastar 15.000 millones en el Plan E para arreglar farolas, pero tiene un agujero en sanidad.
P. ¿Qué papel tiene la privada?
R. Tenemos una medicina privada de una alta calidad y debemos contar con esos recursos. Son un muy buen apoyo. Son las comunidades las que tienen que ver cuál es el modelo más adecuado para ellas.
Fuente: El País.com
Por: María R. Sahuquillo.
Publicada: 18 de julio de 2011.