Las escuelas de negocio ya toman nota de que las empresas buscan, cada vez más, profesionales comprometidos con el medio ambiente.
Hasta hace poco tiempo, la única razón por la que los gerentes lanzaban campañas de defensa del medio ambiente era la necesidad de promover la imagen de su compañía.
Pero ahora, dado el alto costo de la energía, la escasez de agua y la disminución en el acceso a las materias primas, la sustentabilidad está cada vez más en alza en la agenda de una organización.
Como resultado de esta tendencia, las escuelas de negocios de todo el mundo han optado por concentrarse en el tema. Muchas de ellas incorporan estudios relacionados con la preocupación ambiental en sus programas MBA de estudio y agregan clases de responsabilidad social empresaria.
Según el Centro para la Educación Empresarial del Instituto Aspen de Estados Unidos un grupo que evalúa el desempeño de las escuelas a la hora de preparar a los estudiantes para las complejidades de los temas ambientales, sociales y éticos plantean al mundo empresarial el porcentaje de escuelas que exigen que sus alumnos se inscriban en un curso dedicado al tema de la forma en que las compañías encaran las cuestiones que afectan a la sociedad creció de manera notable en los últimos años: la relación pasó de 34% en 2001 a 69% en 2009.
“En el pasado, muchos de los esfuerzos para ayudar a salvar el planeta se originaban en los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales, pero cada vez es más frecuente que las empresas jueguen un papel importante en esos esfuerzos, a través de tecnologías innovadoras, productos mejorados y técnicas de gestión más eficientes”, dijo Brad Gentry, profesor especializado en Inversión Sustentable en la Escuela de Administración de Empresas de la Universidad de Yale y codirector del Centro para las Empresas y el Medio Ambiente de esa Universidad.
“Ya sabemos que uno puede llegar a pudrirse en dinero destruyendo el planeta, pero ahora estamos empezando a pensar en cómo se puede ganar mucho dinero salvando el planeta”, agregó Gentry, quien dijo también que el foco en la sustentabilidad que se ve cada vez más en los programas de MBA no es una moda pasajera; en cambio, según él las escuelas de negocio tratan de cambiar la forma en que los ejecutivos miden las ganancias y de ayudarlos a maximizarlas al mismo tiempo que mejoran el desempeño ambiental y social de la empresa.
Es crucial para el éxito de estos programas MBA que las corporaciones se involucren con las escuelas de negocios en lo que respecta a los temas vinculados a la sustentabilidad, según han dicho las autoridades de estos centros de estudios.
Un cínico podría cuestionar hasta qué punto las compañías creen en el valor de la responsabilidad social, pero Tom Lyon, director del Instituto Erb de la University of Michigan, que ocupa una cátedra apoyada por Dow Chemical, insiste en que las empresas que se ponen en contacto con él son “sinceras”.
Aunque Lyon señaló que está seguro de que “en cierta medida se busca mejorar la imagen, también existe un esfuerzo sincero para tratar de estar conectados con una universidad. Estas compañías quieren estar al tanto de las últimas ideas, saber qué piensan los estudiantes y saber cómo conseguir que los más brillantes de la próxima generación vengan a trabajar con ellas”.
Muchas escuelas de negocios dicen que han lanzado cursos de grado especializados en sustentabilidad debido a la demanda en los estudiantes, pero sigue siendo difícil convencer a los alumnos de que hay oportunidades de carrera viables y lucrativas en este campo. Lyon señaló que los salarios en las áreas de responsabilidad social empresaria y sustentabilidad están aumentando. “Esto es así porque los bancos de inversión buscan contratar gente que sepa sobre fuentes de energía renovables y las consultoras incorporan especialidades en clima y sustentabilidad”, concluyó.
