La cerveza danesa, Carlsberg, ha alcanzado un hito importante en la industria: el lanzamiento de botellas con base biológica, las cuales pondrá, próximamente, al frente de sus consumidores en toda Europa.
Sin embargo, de acuerdo con Edie, el viaje de la sustenabilidad no es fácil, por lo que, Simon Boas Hoffmeyer, director de Sustentabilidad del Grupo Carlsberg, ha analizado el camino que ha tenido que recorrer la marca.
El viaje por la sostenibilidad de Carlsberg
Carlsberg ha sido una de las pioneras en el movimiento de sustentabilidad corporativa desde hace mucho tiempo. Su estrategia Together Towards Zero fue una de las primeras en abrazar verdaderamente la necesidad de objetivos basados en la ciencia y ha canalizado el progreso hacia la meta de alcanzar cero emisiones de carbono en las cervecerías y una reducción del 30% en las emisiones de cerveza en mano para 2030.
Este último aspecto ha hecho que recurra a esfuerzos comunes pero efectivos para reducir las emisiones, incluidos materiales y empaques más livianos e incorporar contenido reciclado. Y, como explica Boas Hoffmeyer, la compañía ahora está explorando soluciones más «radicales» que impulsen el progreso hacia sus propósitos climáticos. Al tiempo que brinda a los consumidores más opciones sobre la sustentabilidad de los productos que compran.
«Parte de mi función es garantizar que todos los tipos de envases que fabricamos sean cada vez más sostenibles con el tiempo».
Simon Boas Hoffmeyer, director de Sustentabilidad del Grupo de Carlsberg.
Cervezas de envase biológico
El ejecutivo señala que brindar alternativas de envases sostenibles es posible, ya que en la compañía han buscado crear empaques más livianos, pequeños y que puedan hacer contribuciones positivas al planeta. Es esta mentalidad la que ha llevado a Carlsberg a embarcarse en una labor de siete años para desarrollar botellas de cerveza con base biológica.
La cervecera ha estado investigando y desarrollando la viabilidad de este tipo de contenedores desde 2015 y, en junio de 2022, finalmente pudo confirmar los planes para probar 8,000 de sus nuevas «botellas de fibra» en toda Europa.
Estas últimas tienen en el exterior una capa de madera de origen sostenible, producida por Paboco, que está trabajando con una variedad de empresas para desarrollar botellas de papel y de base biológica. Cada recipiente consta de un revestimiento de polímero de origen vegetal —fabricado por el socio de Carlsberg, Avantium—, que está hecho de materias primas naturales que son compatibles con los sistemas de reciclaje de plástico.
Carlsberg afirma que las botellas pueden «degradarse» naturalmente, en caso de que no se coloquen en el reciclaje. Este logro lleva tres años preparándose. En 2019, la cervecera danesa presentó prototipos de las primeras, hechas con materiales reciclables. Boas Hoffmeyer admite que se han producido retrasos como resultado de la pandemia, aunque siempre se ha mantenido confiado en la visión de Fiber Bottles.
La sustentabilidad no es fácil
El camino no ha sido fácil, indica Boas Hoffmeyer: «Por supuesto, a veces hemos querido que el progreso suceda más rápido, y también hemos sido pacientes. Algo tan radical no es fácil, y creo que hemos estado aprendiendo continuamente junto con nuestros socios».
De hecho, para conseguirlo, ha sido necesaria la asociación con varias organizaciones innovadoras y de ideas afines. Asimismo, Carlsberg ha analizado los diseños a través de aplicaciones de evaluación en el ciclo de vida. Según sus proyecciones actuales, la compañía cree que la «botella de fibra» puede lograr una huella de carbono un 80% menor que las actuales de vidrio de un solo uso.
Cerveza sostenible: Carlsberg
Del mismo modo, Carlsberg ha revelado que la cerveza dentro de la botella será más sostenible. En colaboración con el proveedor de malta de cebada Soufflet, está empleando cosechas resultantes de prácticas agrícolas orgánicas y regenerativas.
Con esto, como lo indica el ejecutivo, se demuestra que la iniciativa no es solo “retribuir al planeta”, sino también ayudar a los agricultores a generar mayores rendimientos y potencialmente ingresos.
«Podemos tener un impacto mucho mayor que solo nuestros cultivos porque podemos inspirar a los agricultores a comenzar a usar prácticas regenerativas, lo que crea el movimiento para ser más positivo en lugar de solo reducir lo negativo».
Simon Boas Hoffmeyer, director de Sustentabilidad del Grupo Carlsberg
Por último, Boas Hoffmeyer agrega que esta es una mentalidad que se comparte en todo el negocio, donde la sostenibilidad puede generar beneficios colaterales, si se base en la ciencia. Y pese a que hoy muchas investigaciones sugieren que los consumidores quieren comprar productos más sostenibles, el viaje de la sustentabilidad no es fácil, dado que el éxito del recorrido está en centrarse en los detalles para evitar caer en prácticas de greenwashing.
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