De los consumidores, 95% considera tres factores básicos para definir el tipo de alimento que van a adquirir: el sabor, el costo y la calidad nutritiva. Los consumidores que adquieren sus alimentos basados en un estilo de vida o tradiciones son 4%, para los que el costo no es factor. El resto son radicales en su conceptualización de los sistemas de producción bajo nuevas tecnologías.
En tanto, 99% de los consumidores tiene afinidad por la producción de alimentos en volumen suficiente, sanos y a un costo razonable, ya que ejercen su derecho a la alimentación y a la elección del tipo de alimento a consumir y están dispuestos a pagar por ello.
Actualmente, uno de los aspectos más importantes a considerar es que la tecnología debe estar enfocada a la sustentabilidad de los sistemas de producción para obtener mayor disponibilidad de alimentos, optimizando los recursos naturales y al manejo eficiente de los residuos pecuarios como fuente de bioenergía y fertilizantes.
Ante esta visión, los productores nacionales de carne de res han mejorado su posición competitiva para atender la suficiencia, costo y sustentabilidad de la ganadería. Han diseñado estrategias de integración y comercialización para atender estos retos, que ya tienen sus primeros resultados.
En el 2010 la producción nacional de carne de res fue de 1.75 millones de toneladas, con una tasa de crecimiento anual de 2.2%, la participación en el PIB ganadero se incrementó y las importaciones se redujeron. Adicionalmente, las exportaciones se incrementaron, apoyadas en el trabajo de las organizaciones de productores e instancias gubernamentales, que van desde la conformación de marcas propias de las empresas cárnicas, hasta la generación de una marca nacional, Mexican Beef, y su promoción en el extranjero.
Esta estrategia de actuar localmente para atender el mercado global ha permitido dinamizar la red de valor nacional. Asimismo, se trabaja en la integración de los actores principales de la red. El criador y el engordador son el eslabón donde se tiene una fuerte coincidencia.
Aquí se logra mejorar los ingresos, aumentar la eficiencia productiva, obtener mejores rendimientos en carne para su comercialización.
Así, es claro que a través del diseño e implementación de esquemas de desarrollo técnico-financiero se contribuye a la atención de las necesidades de los consumidores, se consiguen negocios atractivos y hasta se puede generar eficiencia energética.
*Eduardo Trejo González es especialista de la Subdirección de Consultoría en FIRA. La opinión es responsabilidad del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.
Fuente: Eleconomista.com.mx
Por: Eduardo Trejo*.
Publicada: 11 de octubre de 2011.