México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en adultos precedido sólo por Estados Unidos.
Según datos de ENSANUT (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición) indican que uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 19 años presenta sobrepeso u obesidad.
En los niños la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad ascendió un promedio del 26% para ambos sexos, lo cual representa más de 4.1 millones de escolares conviviendo con este problema.
Cabe mencionar que el sobrepeso y la obesidad están relacionadas a dolencias y enfermedades que acortan la vida. Es un mal que cuando somos niños se transmite por medio de la televisión y ahora por el internet.
Según Miguel Ángel Royo Bordonada, investigador de la Escuela Nacional de Salud Pública dice que hay muchas las evidencias científicas del gran poder de la publicidad sobre la alimentación de los niños.
El año pasado se publicó un análisis sobre los anuncios que ven niños y niñas en España, dando a conocer que “Los menores reciben 7.500 impactos al año de mensajes que les dicen que coman un producto que no es saludable, asociados además a emociones positivas, a regalos y obsequios, y que además aseguran que son más sanos cuando es al contrario”, denuncia este especialista.
Las galletas, cereales, helados y otros lácteos, cacao y golosinas, comida rápida, aperitivos salados y refrescos, todos por lo general ricos en calorías, bajos en nutrientes y con alto contenido en azúcar, grasa y sal.
Un pequeño de entre seis y doce años ve 25 anuncios de comida cada día y el 75% son de productos que no debería consumir habitualmente.
“Si se cumpliera el criterio establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), habría que retirar de las pantallas tres cuartas partes de los anuncios”, denuncia Royo-Bordonada.
¿Qué tan poderosa es la publicidad?
Un estudio llamado “efecto de los 30 segundos” muestra la gran influencia que puede tener un simple anuncio en los pequeños. Se mostró a dos grupos de menores de entre dos y seis años unos dibujos animados, con la única diferencia de que un grupo vería el anuncio publicitario de un producto alimenticio.
Al terminar la sesión, se pidió a niñas y niños que eligieran entre distintas parejas de comestibles: los que vieron los comerciales eligieron los productos promocionados en mayor proporción. Otro truco que funciona: en el Reino Unido, tres cuartas partes de los padres reconocen que han comprado comestibles a sus hijos por el regalo que incluía.
Consecuencias de la obesidad
Según la Unicef, la principal causa a la que se apunta son los malos hábitos en la alimentación, que acaban desembocando en una prevalencia del sobrepeso de un 70% en la edad adulta.
A largo plazo, la obesidad favorece la aparición de enfermedades tales como diabetes, infartos, altos niveles de colesterol o insuficiencia renal, entre otros.
Actualmente, la diabetes es el mayor problema al que se enfrenta el sistema nacional de salud: es la principal causa de muerte en adultos, la primera causa de demanda de atención médica y la enfermedad que consume el mayor porcentaje de gastos en las instituciones públicas.
La experiencia demuestra que una correcta alimentación previene los problemas de sobrepeso y obesidad.